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Desaparece en Alemania Federal la efímera "república ecologista" de Wendland

La efímera República Libre de Wendland, en el corazón de Baja Sajonia, ha desaparecido por intervención policial, al mes justo de su creación. Durante una hora, la policía alemana de fronteras y otros cuerpos de seguridad procedieron ayer a retirar a los ecologistas establecidos en los terrenos de prospección de Gorleben, en los que se proyecta construir un depósito subterráneo y una planta de reprocesamiento de sustancias nucleares. Los ecologistas, unos 6.000, se limitaron a ofrecer resistencia pasiva. Sin embargo, el servicio de información policial comunicó una vez concluida la operación que en algún momento «hubo que recurrir a los instrumentos de defensa». Para la Federación de Grupos Ecologistas Alemanes, la «brutalidad» de las fuerzas del orden significa una «derrota más de la democracia».

Wendland se inició el pasado 3 de mayo, al establecerse en pleno bosque cercano a Gorleben un grupo de unos trescientos ecologistas, que construyeron cabañas de madera y se instalaron en ellas dispuestos a impedir los trabajos de perforación que se practican en diversos puntos de la zona para medir las condiciones de los terrenos para la construcción de las citadas instalaciones atómicas. Aparte estos ocupantes permanentes, los fines de semana acudían sistemáticamente miles de simpatizantes de toda la RFA.Desde la noche del martes, la policía había cortado las comunicaciones con Wendland, cuyos ocupantes se comunicaban con el exterior mediante una emisora montada por ellos mismos y con un alcance de veinte kilómetros. Los agentes, que procedieron a registrar a los ecologistas que iban llegando a la zona, incautaron cascos de motorista y «objetos habituales en las manifestaciones», pero no encontraron arma alguna. Las fuerzas de seguridad procedían del propio Estado de Baja Sajonia, y de Bremen y Holstein. La operación policial tuvo un coste de 212.000 marcos, destinados a satisfacer horas extra de los 10.000 agentes que intervinieron y gastos de transporte. A diferencia de una intervención similar puesta en práctica en septiembre durante otras pruebas de perforación, esta vez los ecologistas de Gorleben no han caído a tierra con los árboles a los que se habían encadenado y que la policía derribaba.

Las secuelas políticas de lo que representa el experimento Wendland aún están por ver. Por una parte, los iniciadores de esta idea han logrado que su postura haya sido pacífica hasta el final, impidiendo la intervención de grupos violentos. Por otra, el respaldo efectivo de los «jóvenes socialistas» (Jusos) del SPD, que acudieron en masa el pasado fin de semana, tras concluir su último congreso, a los terrenos ocupados por los ecologistas significa que en la socialdemocracia crecen las tendencias antinucleares.

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