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Los Reyes presidieron el desfile conmemorativo del Día de las Fuerzas Armadas

«Nos vamos profundamente emocionados de la hospitalidad y cordialidad con que el pueblo valenciano ha participado en el homenaje a las Fuerzas Armadas». En estos términos se expresó el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, horas después que concluyera la gran parada militar, que a lo largo de la mañana de la Semana de las Fuerzas Armadas, que tuvo este año como sede a la III Región militar.

Más de 16.000 soldados de los tres Ejércitos participaron en el desfile, con un apoyo logístico de 30.000 personas. Fuentes de la tercera sección del Estado Mayor cifraron en 11.200 hombres la participación del Ejército; 2.300, la de la Armada, y 850 del Ejército del Aire. Los cuerpos de seguridad del Estado, Guardia Civil y Policía Nacional participaron con más de 1.500 hombres. Para el desfile se desplazaron unidades de la Escuela Naval de Marín y las representaciones de la Legión y Regulares de Ceuta y Melilla.Por su parte, la dotación de vehículos dobló en número a los que participaron en la anterior parada militar.

Una hora antes se agolparon en las tribunas y aceras millares de personas para contemplar el paso de las unidades bajo un sol intenso. La familia real fue cálidamente aclamada a su llegada, así como en el corto trayecto que realizó finalizado el acto. Tras ser cumplimentado por el general Alfaro, jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor, y el capitán general, Jaime Milans del Bosch, el rey Juan Carlos ocupó la tribuna junto a la Reina e infantes, ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, y altos cargos del Ejército.

El desfile se inició a las once, encabezado por el teniente general Jaime Milans, que pasó a ocupar un podio junto a tribunas donde se encontraban el Gobierno, representaciones del Congreso de los Diputados y del Senado y autoridades provinciales. Escuadrillas de aviones y helicópteros surcaron el cielo de la ciudad en perfecta formación. Todos ellos procedentes de las bases de Albacete, Getafe, Zaragoza, Torrejón, San Javier y Jerez.

A lo largo de dos horas desfilaron 36 unidades, cuyo cortejo finalizó con un escuadrón a caballo de la Policía Nacional y otro de la Guardia Civil, con uniforme de gala. Interpretado el himno nacional, los Reyes se despidieron de los altos mandos militares y Gobierno para trasladarse en coche descubierto por la calle de Colón hasta la capitanía general, donde se les ofreció un almuerzo. La familia real emprendió regreso a Madrid a medía tarde.

Actos en otras capitanías

En las sedes de las capitanías generales regionales y otras plazas militares, la Semana de las Fuerzas Armadas fue cerrada con recepciones y otros actos, en los que participaron las autoridades militares junto a las civiles, en algunos casos representantes de la Iglesia, y los parlamentarios representantes del pueblo.En Barcelona, que por ser cabeza de la IV Región Militar será el año próximo sede de los actos principales de esta celebración, el desfile de tropas y la recepción de honor fueron presididos por el capitán general, Antonio Pascual Galmes, y el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, junto a otras autoridades de la comunidad autónoma. Al finalizar el acto, Pujol declaró a un redactor de Efe que le parece muy positivo que el poder civil y la sociedad en general tengan una buena relación con el Ejército, y prometió que el año próximo la Generalidad dará todo el apoyo posible a los actos de la Semana de las Fuerzas Armadas. «Ya hemos hablado con el capitán general sobre nuestro común deseo de prepararlo bien», añadió.

En Granada, el alcalde Antonio Jara, del PSOE, hizo entrega al capitán general, Delgado Alvarez, del escudo de oro de la ciudad. El alcalde afirmó que no pretendía hacer un halago ficticio ni convertir el acto en algo oportunista ni coyuntural de apoyo al Ejército, sino recuperar y mantener la vieja tradición de sentido de cariño y vinculación estrecha entre pueblo y Fuerzas Armadas. Por su parte, el capitán general mostró su más efusivo reconocimiento por la ofrenda.

También se celebraron actos y recepciones en Sevilla, Zaragoza -donde se suspendió la copa de vino español en señal de duelo por el accidente del avión Hércules, donde murieron varios militares-, La Coruña, Burgos, Mallorca y Pamplona, entre otros. En esta última ciudad, el Día de las Fuerzas Armadas comenzó con una misa ante el monumento a los caídos, seguida de responso, ofrenda de flores y toque de oración.

En Sevilla, se celebró un desfile de tropas, después del cual las autoridades se trasladaron al salón del trono de capitanía, donde se sirvió una copa de vino y se hizo un brindis por España, la bandera y el Rey. En Burgos se clausuró la exposición de material bélico que durante la semana había estado abierta al público en la ciudad deportiva militar General Yagüe.

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