Francia puede decidir en breve la fabricación de la bomba de neutrones

En las próximas semanas, Francia puede decidir oficialmente la inclusión de la bomba de neutrones en su arsenal nuclear y, al mismo tiempo, puede acentuar sus lazos defensivos con los aliados occidentales. En estos términos se pronunció ayer la Unión por la Democracia Francesa (UDF), la federación de partidos centristas que integran el llamado giscardismo y que apoya la acción del presidente de la República.

Giscard d'Estaing, a principios del verano entrante, va a definir ante el país la estrategia nuclear francesa para este año 2000. En tanto jefe del Estado y de los ejércitos franceses, sólo él, en última instancia, debe decidir sobre esa cuestión delicada y esencial. Ayer, la UDF, el conglomerado de partidos fiel al presidente, hizo público el informe que ha elaborado sobre lo que debiera ser esa política francesa de defensa hasta finales de siglo.Dicho «manifiesto», difundido en vísperas de la decisión suprema del presidente, se valora como índice a tomar en cuenta seriamente. Por otra parte, hace algunas semanas, los responsables máximos de la defensa francesa ya se habían manifestado a favor de la fabricación francesa de la bomba de neutrones.

Teniendo en cuenta que «la defensa de Francia es nacional, nuclear y se inscribe en la alianza de las naciones del mundo libre», los giscardianos concluyen que, para disponer de una capacidad de respuesta adecuada en el «teatro» europeo, es necesario «un armamento nuclear táctico numeroso, dotado de una buena eficacia operacional, como el arma de neutrones».

En un reciente anteproyecto sobre la defensa de Francia, la UDF sólo evocaba la posibilidad de la construcción de esa bomba de neutrones.

En segundo lugar, la UDF resalta que «la defensa de Francia es inseparable de la defensa de Europa occidental en el seno de una alianza sólida, que requiere la participación de Estados Unidos». Sobre este particular, «no es posible ninguna ambigüedad», subraya el informe. Como consecuencia de la reciente cumbre Breznev-Giscard, algunos sectores del giscardismo normalmente fieles al presidente hasta la ceguera han manifestado inquietud respecto al alcance de la «independencia» francesa en los cálculos del presidente.