El presidente de la Junta de Andalucía será recibido en audiencia por el Rey

El presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, será recibido próximamente por el Rey, según informaron a Europa Press fuentes competentes. Escuredo intentó entrevistarse con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, después de la semana de Pascua y gestionó el encuentro cerca del secretario del presidente, quien le confirmó la reunión, pero ésta no llegó a producirse por el endurecimiento de las posturas de ambas partes en el tema andaluz.

Rafael Escuredo ha dicho a Efe que «la pacificación política de Andalucía pasa necesariamente por la modificación de la ley orgánica de Referéndum y, consecuentemente, por el acceso del pueblo andaluz al autogobierno, a través de lo regulado en el artículo 151 de la Constitución. Una vez que se haya dejado claro que Andalucía será autónoma, según lo previsto en el artículo 151», ha explicado el presidente de la Junta, «el resto podría entrar en un marco de negociación política, porque no se puede negociar políticamente sobre la base de lo secundario olvidando lo principal». El presidente andaluz insiste en que «en la medida en que el Gobierno no modifique y adecue su política a la voluntad popular andaluza habrá tensión política entre Andalucía y el Gobierno.Rafael Escuredo estima que, partiendo del artículo 151, el Estatuto debería ser consensuado entre todos los partidos andaluces, para que saliera adelante sin problemas cuando llegara a la comisión constitucional del Congreso de los Diputados. «Lograr esta garantía», ha dicho, «forma parte de la política de la Junta, y es entonces cuando nos pondríamos d acuerdo en la fecha de las elecciones al Parlamento andaluz.

El presidente de la Junta no descarta, sin embargo, que el Gobierno modifique su actitud en relación con Andalucía: «Lo más previsible», ha afirmado, «es que no se apruebe la modificación de la ley de Referéndum. Lo que pasa es que el ritmo político de este país es tremendo y no puedo descartar que el Gobierno modifique su política en Andalucía, porque el Estado de las autonomías no se puede construir por la voluntad de una mayoría mecánica en las Cortes y entonces no se comprende cómo puede ser viable un proyecto en el que la mayoría de las fuerzas políticas no están de acuerdo».