Plan para mejorar la seguridad social de los emigrantes españoles en Francia
Las autoridades españolas elaboran un plan de mejora de la seguridad social de los obreros emigrantes en Francia. Ayer, en París, celebraron la primera reunión el director general del Instituto Español de Emigración, José María Escudero, el subsecretario de Sanidad y de la Seguridad Social, Eloy Ibáñez, y el director general del Instituto de Seguridad Social. Todos ellos celebraron conversaciones con los más altos responsables diplomáticos y consulares españoles en París. Otras reuniones semejantes tendrán lugar en diversos puntos de Francia. El objeto de los intercambios entre los responsables interiores y exteriores de la emigración española consiste en informar ampliamente sobre la convención franco-española relativa a la Seguridad Social para utilizar al máximo las posibilidades de la misma y mejorar el mecanismo de aplicación. Al final, los españoles intentarán conseguir de la Administración francesa las reformas que consideren necesarias.Actualmente, un obrero español en Francia, «aproximadamente puede decirse que tiene los mismos derechos que un obrero francés en materia de Seguridad Social». El convenio entre los dos países fue firmado en 1976, pero desde entonces la SS ha mejorado para los franceses. Ese vacío es el que intenta cubrirse ahora, además de formular otras modificaciones que debieran equiparar al máximo la seguridad de los obreros de ambos países.
La delegación antedicha también constató una vez más el problema del Instituto Cervantes, entidad privada que, durante la época franquista, fue el médico de cabecera (gratis muchísimas veces) de los exiliados y, después, lo ha sido también de los emigrantes. Actualmente realiza unas 40.000 consultas, anuales, pero las condiciones económicas, técnicas y sociales han evolucionado en su detrimento. A principios del año en curso presentaba un déficit de unos veinte millones de pesetas y nada indica, en opinión de las autoridades españolas, que pueda modificarse esa tendencia deficitaria. Los responsables del instituto desearían una ayuda sustancial del Estado español, por entender que la psicología-específica del enfermo emigrante exige, no sólo la técnica más avanzada que puede ofrecerle la medicina francesa, sino la comprensión que sólo le aporta el médico que habla su mismo idioma. Ayer, los responsables españoles se dijeron dispuestos a estudiar el problema.
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