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"Kung Fu", un joven de catorce años, detenido ocho veces en lo que va de año

Uno de los delincuentes juveniles más notorios, P. A. R., de catorce años de edad, conocido como Kung Fu, ha sido arrestado por octava vez en lo que va de año, después de una larga y azarosa persecución. Cuando fue detenido formaba parte de un grupo de cuatro personas, entre ellas una mujer. Se le imputan unos treinta delitos, perpetrados en complicidad con sus compañeros de banda. Su padre se ha negado a hacerse cargo de él.Sus acompañantes son José Luis Tendero Pérez, de veinte años, alias El Chino; C. A. R., de quince, y María Isabel Ramírez Canelada, de diecisiete. La policía les considera responsables de varios asaltos a personas jóvenes, de robos en seis establecimientos de confecciones, en cinco bares, en cuatro lecherías y en dos comercios de prendas deportivas. Se les atribuyen también muchos robos de automóviles.

La personalidad de P. A. R. se ha hecho especialmente conocida por un carácter físico ostensible: un chirlo o cicatriz de puñalada, que empieza en una ceja y termina sobre una clavícula. Esta vez, P. A. R. fue reconocido cuando ocupaba el interior de un automóvil Seat 1430, junto a sus presuntos cómplices. El ocupaba el asiento del conductor.

Al sentirse identificado, puso el coche en marcha y, a velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora, trató de eludir la persecución de los policías. Durante la escapada rebasaron discos en rojo y atajaron por direcciones prohibidas en un trayecto de unos veinte kilómetros. Finalmente, P. A. R. se dirigió hacia Vicálvaro.

Allí, los cuatro fugitivos abandonaron el coche y trataron de refugiarse en un piso de la calle de San Filemón, a cuya dueña amenazaron y conminaron a que negase la presencia del grupo en su casa cuando preguntase la policía. Segundos después, sin embargo, los funcionarios advirtieron cierto nerviosismo en ella y decidieron registrar las habitaciones.

Kung Fu estaba escondido en un armario, y sus supuestos cómplices, bajo dos de las camas. En su nota informativa, la policía explica que «el padre de Kung Fu se negó a hacerse cargo de su hijo», presentado más de treinta veces en las comisarías madrileñas, «en tanto no hable con el Tribunal Tutelar de Menores, ya que», según dijo, «no me resuelve el problema»

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