Impotencia ante el terrorismo
La impotencia es el sentimiento más angustioso y horrible que los españoles tenemos en los últimos años.Cuando antes nos comprometíamos políticamente temíamos los años de cárcel, las palizas de la policía, pero la muerte era algo mucho más lejano. Sin embargo, hoy día, para la gente de izquierdas la muerte se ha convertido en algo común. Angustiados vemos cómo desde hace unos años, exactamente desde los trágicos sucesos de enero de 1977, con la muerte de Mariluz, Arturo y los abogados de Atocha, se nos espera en las esquinas cuando vamos solos, a la salida de las manifestaciones pacíficas (donde día a día demostramos nuestro civismo) o se nos va a buscar a nuestras casas para propinarnos palizas, o asesinarnos, al grito de ¡Viva Cristo Rey! o ¡Viva Fuerza Nueva!, por el mero hecho de llevar una ropa determinada o el pelo largo, o pertenecer a un partido de izquierdas, sin que la policía intervenga para nada. Sólo en raras ocasiones son detenidos los culpables y nunca tenemos ninguna seguridad de que no vayan a recibir permisos de vacaciones.
Yo no espero nada del Gobierno, que ha demostrado ya su inutilidad o su falta de interés para acabar con las bandas fascistas, que son cada vez más numerosas en las calles de nuestra ciudad. Pero sí sigo esperando algo de los partidos de izquierda y no puedo comprender por qué sus reacciones son tan lentas y poco efectivas. No se trata de condenar los hechos, hay que tomar medidas, y las medidas que puede tomar la izquierda son evidentes; tenemos que salir a la calle, exigir que se acabe con esto.
No podemos limitarnos a llorar en casa cada uno nuestra impotencia, no podemos salir a la calle con el miedo en el cuerpo, no podemos ver cómo caen muertos nuestros compañeros. Hay que dar respuestas claras y firmes. Nos lo estamos jugando todo./
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