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Amnistía en Costa de Marfil con motivo de la visita del Papa

Juan Arias

En Abidjan, capital de Costa de Marfil, Juan Pablo Il concluirá su peregrinación en el Africa negra. Llegará a esta ciudad, que recuerda Miami, a las tres de la tarde, hora española. A pesar de que aquí los católicos son sólo el 12% de una población en su mayoría musulmana, animista y protestante, todo está preparado para que el colofón de la visita del papa Wojtyla a Africa sea un triunfo que supere a los otros Estados que ha visitado

El presidente de la República, Felix Houphouet-Boigny, que es un católico que respeta las demás confesiones religiosas, se está volcando con esta visita, que dará tanto prestigio a su país.Lo primero que ha hecho ha sido conceder la amnistía a todos los menores detenidos y condonar la pena en un 50% a los adultos que están en la cárcel. En realidad, aquí los presos son casi todos extranjeros y por motivo de robo. El sentido de la propiedad es tan grande en este país que se han tenido que construir cárceles para evitar el linchamiento de los extranjeros cogidos en las manos en la masa, ya que aquí a uno se le puede linchar por haber robado un kilo de plátanos.

Los obispos han pedido a la población que acoja a estos ex detenidos como a verdaderos hermanos, y han pedido que la llegada del Papa a Abidjan esté de acuerdo con las mejores tradiciones del calor y del color africanos.

Se han repartido gratis más de 200.000 trajes con el rostro de Wojtyla y cientos de miles de banderitas. Todo hecho y traído de Italia.

Desde el aeropuerto a la catedral, en los 25 kilómetros de recorrido, el Papa pasará a través de una verdadera muchedumbre, que desde las primeras horas de la mañana estará ya a ambos lados de la carretera, esperándole. A lo largo de estos kilómetros están previstos grupos de danzas con los vestidos típicos de las diversas tribus del país, que obligarán al Papa a pararse para contemplarlas y bendecirlas.

Visita a una ciudad del año 2000

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A la actual avenida de Bir-Hakeim se le ha cambiado el nombre, para llamarla avenida de Juan Pablo II. A las ocho de la tarde, si las lluvias torrenciales de esta estación no lo impiden, se celebrará una Misa en el gran parque de la capital que lleva el nombre del presidente de la República.El domingo, Juan Pablo II visitará la obra faraónica del presidente de la República, a 200 kilómetros de la capital, en el territorio de su tribu. Es una ciudad futurista, más moderna que Brasilia, algo así como la ciudad africana del año 2000.

Hay quien la critica como una manía de grandeza del presidente, Houphouet-Boigny, mientras otros la consideran como una intuición genial de este hombre, que es el líder carismático de este país, el único que desde hace veinte años no ha tenido un conflicto armado.

En Abidjan, Juan Pablo II se alojará, como siempre, en la Nunciatura Apostólica. Aquí será un español quien tendrá el honor de prestar su dormitorio al Papa, ya que el nuevo nuncio de Costa de Marfil y Alto Volta es el arzobispo Justo Mullor.

Recuerda que, a pesar de que muchos van a decir que éste es un país capitalista, lo que sí es cierto es que este Gobierno ha preferido gastar el dinero en escuelas, hospitales e industrias que en armas de guerra.

Dijo también que aquí los católicos son minoría, pero constituyen la clase dirigente política y cultural, porque se trata de ciudadanos que se han preparado en los colegios religiosos o en el extranjero.

El presidente es un convertido al cristianismo desde los doce años. Es un líder del pacifismo, un ecologista. Fue ministro con De Gaulle, y, por eso, un buen occidentalista, pero, al mismo tiempo, un líder carismático de esta tierra, muy admirado, porque ha hecho el voto de no matar nunca, ni personas ni animales.

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