Huelga general en Gaza y nuevos disturbios en Cisjordania

Una huelga general de protesta paralizó ayer la franja de Gaza, mientras en Cisjordania, donde después de cinco días de tensión se esperaba una cierta vuelta a la normalidad, soldados israelíes dispararon al aire para obligar a los habitantes de la ciudad de Hebrón a regresar a sus casas, de donde habían salido, por primera vez desde el viernes, para comprar alimentos. Sin embargo, a pesar de la imposición de un estricto toque de queda, grupos de colonos judíos que volvían, en la noche del lunes al martes, de los funerales de una de las seis víctimas del atentado palestino del pasado viernes invadieron el centro de Hebrón, rajando los neumáticos de los vehículos con matrículas azules -propiedad de palestinos-, rompiendo cristales de tiendas y comercios e irrumpiendo violentamente en la residencia de uno de los dirigentes palestinos de la ciudad.

Según la radio del Ejército israelí, una granada fue lanzada ayer contra un vehículo militar en el campamento de refugiados de Daicha, situado próximo a Belén. Un soldado resultó gravemente herido. El toque de queda fue inmediatamente impuesto en el campamento.

La nueva ronda de negociaciones sobre la autonomía palestina concluirá hoy sin superar la intransigencia israelí de mantener el pleno control de territorios árabes ocupados.

Pocas horas antes de terminar las conversaciones, mantenidas en la localidad israelí de Herzlia, sólo el negociador norteamericano Sollinowitz se mantenía optimista.

Al cabo de once meses de negociaciones, las conversaciones entre representantes árabes, israelíes y norteamericanos podrían pasar a su siguiente fase en Alejandría (Egipto) sin haber podido doblegar la actitud de Israel.

El Gobierno israelí discrepa, por su parte, sobre el concepto mismo de la autodeterminación prevista para los palestinos radicados en la franja de Gaza y ribera occidental del río Jordán (Cisjordania).