La dirección de la EMT retrasa la decisión de subir las tarifas de los autobuses

El Consejo de Administración de la EMT acordó ayer demorar su decisión sobre una subida de tarifas hasta que se sepa si el Gobierno va a aprobar o no un decreto por el que se permitirá aumentar el precio de todos los transportes públicos.

Con este fin, cuatro concejales solicitarán una entrevista urgente al nuevo ministro de Transportes, José Luis Álvarez, para saber si llevará adelante el estudio realizado sobre este tema por una comisión interministerial que, al parecer, ya está terminado. En caso contrario, el ayuntamiento presentaría inmediatamente una petición de tarifas que supondría incrementar dos o tres pesetas al precio del billete del autobús y tres o cinco pesetas el del microbús.Los miembros del Consejo de Administración de la EMT fueron informados el pasado mes de marzo de que el déficit previsto para este año, en el supuesto de que no subieran ni las tarifas ni los sueldos de los 7.200 trabajadores, alcanzaría los 3.000 millones de pesetas, cifra sensiblemente menor que la registrada en 1979, en que las pérdidas alcanzaron los 3.928 millones de pesetas. Estas previsiones, que se realizaban cuando el convenio colectivo no estaba aún firmado, han sufrido, sin embargo, una profunda transformación tras el acuerdo de que los sueldos experimenten un 12,5% de aumento.

Unica solución para reducir el déficit

Con el aumento citado, el déficit para este año puede suponer un nuevo récord en la lista de balances de la EMT, al superar los 4.000 millones de pérdidas, a pesar de que se espera incrementar el número de viajeros con los usuarios procedentes de las antiguas líneas periféricas. Para hacer frente a esta situación, los responsables municipales sólo ven como soluciones el incremento de las tarifas, que no varían desde agosto de 1979, y la reestructuración de la empresa con el fin de que una cantidad que oscila entre los seiscientos y mil trabajadores salga de la plantilla de la EMT y desarrolle una actividad municipal con cargo directo al erario del ayuntamiento.El porcentaje en la subida de tarifas sobre la que se habló oficialmente ayer, por primera vez, parece que aún no ha sido decidido, aunque se situaría, en caso de que no hubiera decreto ministerial, entre las dos o tres pesetas para los autobuses y entre tres y cinco pesetas para los microbuses. Los autobuses de las líneas exprés subirían cinco pesetas y los que hacen el itinerario al aeropuerto incrementarían sus tarifas en quince pesetas. Las tarifas quedarían así en 150 o 160 pesetas el bono-bus, veintiocho o treinta pesetas el billete de microbús, cuarenta pesetas el billete de la línea exprés y ochenta pesetas el billete de la plaza de Colón al aeropuerto.

Reestructuración empresarial

Una subida del billete del autobús en dos pesetas en junio permitiría, por ejemplo, reducir el déficit en unos 560 millones, cifra que se elevaría a 835, en caso de que el incremento fuera de tres pesetas. Sea una u otra, los concejales consultados han manifestado que, si el ayuntamiento tuviera que decidir, la medida se comenzaría a aplicar en junio o primeros días de julio, «ya que hacerlo en agosto, parece que supone una cobardía al usuario».Según datos recogidos del anteproyecto de presupuestos para 1980, el aumento de tarifas en los autobuses afectaría este año a unos 457 millones de viajeros; en los microbuses, los nuevos precios serían sentidos por unos veintiséis millones de usuarios; en las líneas exprés, por 1.267.000 personas, y en la línea especial al aeropuerto por 1.890.000 viajeros.

«El aumento de tarifas por sí solo no logrará, de todas formas, mejorar la situación de la EMT. Hay que acudir a otros medios, entre los que destaca la reestructuración que queremos iniciar este año», manifestó uno de los responsables municipales asistente a las reuniones del Consejo de Administración. Esta reestructuración está encaminada a que unos ochocientos cobradores y unos doscientos empleados de talleres salgan de la plantilla de la EMT y pasen a desarrollar otras actividades, como vigilancia de vehículos, cuando entren en vigor las normas sobre aparcamiento restringido, vigilancia de polideportivos y otras. El trasvase de unos 750 trabajadores supondría reducir en una cantidad similar de millones el déficit de este año. Los sueldos de estos trabajadores serían pagados gracias a las tasas que se quieren cobrar a los residentes de la zona centro y a los no residentes que aparquen su vehículo en el área afectada por la restricción de aparcamiento. Esta mejora económica no podrá, sin embargo, realizarse, como mínimo, hasta septiembre, motivo por el cual los responsables de la EMT necesitan saber si hay intención de permitir en breve una subida general en el transporte público o si tienen que adoptar la medida particularmente. Según informaron fuentes municipales parece que hay más interés en que la subida se produzca mediante decreto, ya que un incremento de las tarifas de los autobuses sin que varíen las del Metro, aún dependiente del Ministerio de Transportes, podría suponer un trasvase de viajeros de un transporte a otro.