Expectación ante la próxima vista del juicio sobre el caso Eufemiano Fuentes

Cuatro años y, siete días después de la desaparición de Eufemiano Fuentes, el próximo día 9 de junio se desarrollará en la Audiencia Provincial de Las Palmas la vista oral del juicio contra Angel Cabrera Batista, el Rubio -declarado en rebeldía-, sus hermanos José Juan y Roberto y su padre, Juan Cabrera García, presuntamente implicados en el secuestro y posterior muerte del industrial tabaquero canario. La noticia de la próxima celebración del juicio ha despertado gran expectación en Canarias, dada la repercusión pública que el asunto Eufemiano Fuentes tuvo en el archipiélago.

Los hechos que se enjuiciarán han sido calificados por el ministerio fiscal -que, según parece, será representado en el acto del juicio por el fiscal jefe de la audiencia- y de la acusación privada como de robo con homicidio. El fiscal solicita, para cada uno de los procesados veinte años y un día de reclusión mayor, mientras que la acusación privada aumenta la solicitud de la pena a treinta años. En lo que respecta a las indemnizaciones, se piden quince millones de pesetas al padre de el Rubio, Juan Cabrera, y a José Juan Cabrera, mientras que a Roberto se le solicita una indemnización de 100.000 pesetas.

El juicio más largo de la historia canaria

Por otro lado, los abogados defensores, Pedro Liminana y Alfonso Calzada, piden la libre absolución de sus clientes, porque estiman que no concurren circunstancias que induzcan a considerarlos autores o coautores de los hechos que se le imputan. Fuentes judiciales han manifestado que, posiblemente, este juicio se vaya a convertir en el más largo de la historia judicial de Canarias; se sabe que el número de testigos es grande y pueden contarse por decenas, lo que, sin duda alguna, prolongará en varios días la vista. Entre los testigos requeridos figuran desde familiares allegados a Eufemiano Fuentes hasta miembros del Cuerpo Superior de Policía, pasando por toda la servidumbre que estuvo el día de los hechos en el chalé.Entre las pruebas que han presentado los abogados de la defensa figura la exhumación del cadáver de Eufemiano Fuentes, que fue localizado, en avanzado estado de descomposición en uno de los numerosos pozos que existen en la zona de Arucas, en Gran Canaria.

Los hechos de 1976

El día 2 de junio de 1976, en horas de la madrugada, desaparecía de su chalé de Las Meleguinas, en el término municipal de Santa Brígida, el industrial tabaquero canario Eufemiano Fuentes, presumiblemente secuestrado. Su coche era localizado horas más tarde en un camino agrícola por la zona de Tinoca, en Arucas. Si bien en los primeros momentos se especuló con una acción del MPAIAC, posteriormente se descartó esta posibilidad, no dando las investigaciones policiales con pistas que condujeran a los presuntos autores del secuestro.

Rescate de 56 millones de pesetas

Debajo del teléfono, los autores dejaron una nota un tanto confusa, firmada por Comando Rojo 13, donde se exigía por el industrial canario un rescate de 900.000 dólares (más de 56 millones de pesetas). Transcurre un mes y se producen diversas llamadas de los secuestradores, intentándose a finales del mes de julio el rescate. No obstante, el canje se frustra y un inspector es herido por metralleta.El mes siguiente, agosto, las pesquisas policiales comienzan a girar en tomo a Angel Cabrera Batista, el Rubio; sus familiares son detenidos como presuntos cómplices y la policía no logra dar con el paradero de el Rubio, a pesar de que es cercado en la zona de Arucas por numerosas fuerzas de la Policía Nacional. Durante estas operaciones es muerto de un disparo el inspector Rey Marino; posteriormente se tiene conocimiento de que Angel Cabrera huyó, presuntamente, a Malta, como polizón de un barco griego.

Al mismo tiempo se inicia una intensa búsqueda en los centenares de pozos abandonados que se encuentran en Arucas. El cadáver de Eufemiano Fuentes fue localizado, tras varias semanas de trabajo, en avanzado estado de descomposición. Su identificación fue muy difícil, pues aparecía mutilado y no se llegó a encontrar la cabeza. Al final, por unas radiografías, la autoridad judicial certificó que eran los restos del industrial canario.