Pronunciamientos militares desatan rumores de golpe de Estado en Bolivia
El Ejército boliviano ha hecho en las últimas horas pronunciamientos públicos que revelan claramente el grave peligro de un nuevo golpe militar. En las presentes circunstancias, la mayoría de los observadores creen que si las fuerzas armadas tratan de interrumpir el accidentado proceso de democratización del país, la guerra civil sería prácticamente inevitable en Bolivia.
La llegada a la cúspide militar del general Luis García Meza, abierto colaborador del coronel Alberto Natusch en el frustrado golpe del 1 de noviembre de 1979, ha tenido consecuencias inmediatas. Su nombramiento, considerado un signo de debilidad de la presidenta Gueiler y una victoria de los sectores militares más reaccionarios, obligó a la cada día más poderosa Central Obrera Boliviana (COB) a anunciar su decidido propósito de enfrentarse a cualquier intento de alterar el actual proceso político, que debe desembocar en elecciones libres dentro de dos meses.Como acciones directas para defender el inestable proceso, la COB reveló que había integrado «comités de defensa de la democracia » a los que se dotaría de armas para enfrentarse a cualquier intento golpista. Este anuncio produjo una inmediata reacción en el seno del Ejército, que emitió un comunicado inequívoco: «Las fuerzas armadas», decía el mensaje, «intervendrán todas las veces que sea necesario para salvar al país del desastre, del avasallamiento extremista y de la sumisión a ideas foráneas. El pueblo boliviano debe estar seguro de que nadie, por respetuoso que sea del principio de no intervención, permitirá que en el corazón de América se afiance un foco de anarquía y subversión internacional. Bolivia no puede ser El Salvador o la Cuba del Cono Sur».
Según dirigentes de las organizaciones políticas progresistas de Bolivia, los militares golpistas podrían elegir como punto de partida para su nueva y posible intervención el momento en que el Congreso boliviano decida, como parece seguro, que existen suficientes elementos de juicio para que el ex presidente Hugo Banzer sea encausado por varios delitos cometidos durante su mandato.
Está claro que la decisión parlamentaria abriría las puertas a una completa investigación de los Gobiernos castrenses que se han sucedido en Bolivia y de que el propio Banzer hará todo lo posible por no caer solo bajo el peso de la ley. Este riesgo y la casi absoluta seguridad de que la derecha perderá las elecciones, si éstas se celebran, son los que producen, por enésima vez, el ruido de sables que se escucha en el suelo boliviano.
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