Bombas en Teherán y llamada a la guerra del líder kurdo Hosseini
Cuatro bombas estallaron ayer, a primeras horas de la tarde, en distintos y concurridos lugares del centro de Teherán. Al menos tres personas murieron, aunque, según otras fuentes, el número de víctimas puede ser cuatro veces superior.A pesar de que el frustrado intento de rescate de los rehenes de la embajada norteamericana ha servido para cohesionar el frente interno iraní, los problemas continúan: el jeque Ezzedine Hosseíni, jefe político-religioso kurdo, ha hecho un llamamiento a su pueblo para que «se organice contra el régimen de Teherán e instaure un régimen popular». A pesar del llamamiento de alto el fuego hecho por Banisadr, siguen los enfrentamientos en la región.
Banisadr, que hasta el momento había mostrado una postura conciliadora en sus declaraciones a los medios de comunicación occidentales, dijo el domingo a Radio Luxemburgo que «la expedición americana no estaba destinada a liberar a los rehenes, sino a preparar la caída del régimen revolucionario iraní».
Entre tanto, ayer llegaron al consulado norteamericano de Tabriz y a la ciudad santa de Qom los rehenes norteamericanos, que han sido alejados de Teherán para dificultar otro posible golpe de mano estadounidense.
El domingo, el ayatollah Sadeh Jaljali convocó a los periodistas en la parte trasera de la Embajada de Estados Unidos en Teherán para mostrarles los cadáveres de los soldados norteamericanos recogidos en el desierto de la Sal, cerca de la ciudad de Tabas. Hasta el momento, la versión difundida por la Casa Blanca hablaba de ocho muertos, y no nueve, que fueron mostrados por Jaljali, quien además dijo que quedaban veinte cadáveres más, que se encontraban en tan mal estado que hacía imposible su transporte.
Según fuentes cercanas al Gobierno iraní, el presidente Banisadr y el Consejo de la Revolución han mostrado diferentes posturas sobre la forma en que los cadáveres de los soldados norteamericanos serían devueltos a su país. Ayer se conoció que éstos serán entregados a una misión formada por representantes del Vaticano, de la Cruz Roja Internacional y del Gobierno suizo, que representa los intereses de Estados Unidos en Teherán desde que se rompieron las relaciones diplomáticas.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Sadeh Gotbzadeh, desmintió ayer en Beirut una posible intervención soviética que abortara el frustrado golpe de mano.
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