El piloto del avión accidentado en Tenerife tomó un rumbo incorrecto
Un despiste todavía inexplicable por parte del piloto, favorecido por unas condiciones atmosféricas no tan óptimas como las señaladas en un primer momento constituyen, al parecer, los dos factores determinantes del accidente registrado el pasado viernes en el pico de El Diablillo, en la cara sur de la cordillera que recorre la isla de Tenerife, que costó la vida de los 145 ocupantes de un Boeing 727 de la compañía británica Dan Air
.El emplazamiento del aeropuerto de Los Rodeos, en un corte transversal de la cordillera, influyó en el fatal desenlace. Son muchas las personas que afirman que en el moderno aeropuerto Reina Sofía, situado en el sur de la isla, probablemente no hubiera sido posible el error del piloto, y de haberlo sido cabía la corrección de rumbo sin mayores consecuencias.
Las autoridades españolas, en cuyo poder obran las dos cajas negra del avión, además de la grabación registrada en la torre de control, están convencidas de que con estas informaciones y las obtenidas en el lugar del accidente se podrán determinar en breve plazo con absoluto rigor las circunstancias que rodearon a este siniestro, el más importante de la navegación aérea británica. La hipótesis de una avería mecánica y la de un posible error del controlador han perdido fuerza a medida que transcurre el tiempo.
Los trabajos de rescate de las víctimas finalizaron el domingo, pero los cadáveres no serán trasladados a Gran Bretaña hasta mediados de la presente semana, debido a las dificultades con que se encuentra el equipo forense para completar la identificación de las víctimas. Dadas las mutilaciones que presentan los cuerpos es posible que jamás se llegue a completar la identificación. Tal y como solicitó Dan Air, apenas han llegado a Tenerife familiares de los fallecidos.
Por lo que respecta a las circunstancias que precedieron al accidente es posible esclarecer algunos puntos que parecían confusos al día siguiente de la tragedia. Siempre a la espera de los resultados que arrojen la voice recorder tape (magnetófono que registró las conversaciones de la cabina) y la fly recorder tape (caja negra propiamente dicha, que indica, entre otros datos, el rumbo, la altitud y el comportamiento mecánico del avión), se pone muy en duda la existencia de una avería mecánica, dado que, como se puede comprobar en el lugar del accidente, el piloto, al encontrarse bruscamente con la montaña cubierta de nubes, fue capaz de forzar desesperadamente una brusca ascensión.
El retraso de quince minutos sobre la hora prevista para la toma de contacto con la torre de control se explica porque el avión salió con retraso de Manchester, según informaciones procedentes de la propia Dan Air. El director de esta compañía desmintió asimismo en Tenerife que el avión hubiera solicitado aterrizaje de emergencia, como sostenían en Manchester otros miembros de la Dan Air.
De fuentes solventes, este periódico ha podido saber que las condiciones meteorológicas en las inmediaciones del aeropuerto de Los Rodeos momentos antes del accidente, lejos de ser óptimas, como se ha venido sosteniendo, rozaban los mínimos, dado que la base de las nubes se encontraba entre los 120 y 250 metros del suelo. Una persona que viajaba en el avión que forzó la espera del Boeing de la Dan Air, y que aterrizó apenas unos minutos antes del accidente, indicó que la aproximación del Focker en el que viajaba a la pista de aterrizaje se hizo en pésimas condiciones de visibilidad. En cambio, se ha venido afirmando que a las 2.19 de la tarde existía una visibilidad horizontal de 6.000 metros.
Nueva alarma en Los Rodeos
Una nueva situación de emergencia se registró la tarde del domingo en el aeropuerto de Los Rodeos cuando un avión de la compañía holandesa KLM (un super DC-8) sufrió un incendio en uno de los motores en el momento del encendido. El incidente no pasó a mayores debido a que el piloto accionó con eficacia un extintor situado junto a los motores.
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