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Un sector del empresariado español considera fallido el acuerdo-marco y piensa en la extensión del pacto a otras fuerzas

Significados empresarios del sector automoción, que en la actualidad atraviesa una dura crisis económica, han coincidido en valorar negativamente el balance provisional de la aplicación del acuerdo marco, suscrito entre la gran patronal y la central socialista en enero último y comienzan a pensar en propiciar un pacto laboral con otras fuerzas obreras, como único medio para acometer la reestructuración sectorial que requiere la grave situación de la economía española.Directores de personal y altos ejecutivos de las más importantes firmas automovilísticas implantadas en España han mantenido reuniones en los últimos días -a algunas de las cuales acudió una representación patronal de la Fiat para explicar la situación italiana en el sector automoción y la solución sindical que se busca a la misma-, para tratar de la situación laboral del sector. En estas reuniones se efectuó un primer balance de la aplicación del acuerdo-marco y se pudo constatar que el principal objetivo perseguido por la patronal con su firma, incrementar la productividad y disminuir el absentismo, ha supuesto un fracaso, al menos en los tres meses que tiene de vigencia el pacto con UGT.

De acuerdo con la valoración efectuada por un sector de la patronal que se caracterizó por sus reticencias ante los directivos de la CEOE en el momento de planteare esta organización la firma en solitario con la central socialista, de los objetivos perseguidos por el acuerdo tan sólo se habría logrado reducir la conflictividad laboral a nivel de sectores, ya que el malestar social en las empresas supone una conflictividad latente que está impidiendo la aplicación de los pactos en materia de productividad y absentismo.

De esta manera, tan sólo se habría logrado la racionalización de la negociación colectiva, con la eliminación de gran número de convenios de empresa al quedar globalizados en los acuerdos de sector, mientras que la promesa de creación de puestos de trabajo se ha transformado en la pérdida diaria de mil empleos y la Competitividad de las empresas cara a la integración de España en la Comunidad Europea choca con la falta de productividad que el acuerdo-marco no ha sido capaz de propiciar.

La razón que justificaría este balance estriba en la ausencia de la primera fuerza sindical del acuerdo-marco. En este sentido, en la referida reunión se señaló que el hecho de que Comisiones Obreras se haya visto forzada a desconvocar huelgas que no fueron posibles por la firma de convenios por parte de UGT no ha impedido que en el seno de las empresas, «donde el sindicalismo encuentra su práctica el malestar de la plantilla identificada con la central comunista, y parte de los independientes, impida la aplicación de pactos con los que no se sienten identificados».

En este punto, la inminencia de las elecciones sindicales en Seat, que habrán de constituir el testigo de todo el proceso electoral previsto para el próximo otoño, preocupa seriamente en el empresariado del automóvil, donde existen grandes dudas sobre las posibilidades de la central socialista.

En este sentido, se recuerda en el medio automovilístico los resultados obtenidos por UGT en los dos últimos meses en Cataluña, entre las empresas de menos de mil trabajadores que celebraron elecciones. Estos resultados suponen una cierta subida de CC OO, una notable baja de UGT y el resurgimiento de la fuerza independiente.

Los directivos de empresas de automoción y algunos altos ejecutivos de empresas públicas, preocupados por la viabilidad de un «pacto suscrito con una fuerza obrera que aparece incapaz de hacer cumplir lo pactado», citaron como ejemplo de la incógnita que representa en la actualidad UGT de cara a las elecciones sindicales el hecho de que en la Bazán, por ejemplo, CC OO ha obtenido diecinueve delegados en talleres, frente a los dos con que cuenta UGT, esta proporción se invierte entre los técnicos y administrativos.

«En el terreno sindical no es válido el principio de cada hombre, un voto -se señaló en las citadas reuniones-, ya que mientras un empleado de talleres puede paralizar la cadena de producción, un administrativo tiene una presencia menos conflictiva en la empresa».

Ante la posibilidad de que UGT pierda las elecciones, un sector importante del empresariado, como es el de automoción -sector punta por la crisis que padece, la mano de obra que ocupa y la representatividad sindical que aglutina-, junto con el sector progresista de las empresas públicas, comienzan a plantearse la necesidad de propiciar un pacto amplio con todas las fuerzas obreras, «o, al menos, con las que tienen capacidad para llevar adelante lo pactado», con el fin de afrontar la necesaria reestructuración económica.

La intervención del representante de Fiat en las citadas reuniones insistió en recordar el pacto suscrito por el presidente de la empresa italiana, Agnelli, con el Partido Comunista italiano.

En el caso español, de momento, las expectativas se centran en torno a los 30.000 votos que reúne la Seat. Los comicios fijados para el próximo día 29 se esperan con atención en los medios patronales. Una victoria de UGT supondría el refrendo de la política llevada a cabo por la CEOE. Si fuera Comisiones Obreras quien ganara, la gran patronal debería enfrentarse a una seria crisis de credibilidad ante sus sectores más reticentes al pacto en solitario con la central socialista.

Por su parte, UGT, a través de un miembro de su ejecutiva, asegura que aún es pronto para hacer un balance de la aplicación del acuerdo-marco, se muestra segura de sus posibilidades ante las elecciones y recuerda que en los referendos celebrados a propósito de la negociación colectiva sus planteamientos han salido adelante. «Estos referendos», se señala, «se referían también a la aceptación de planes de reestructuración pactados entre la patronal y UGT, con ausencia de Comisiones Obreras».

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