Washington empieza a "pagar" la solidaridad europea frente a Irán

La Comunidad Económica Europea ha acogido con satisfacción la decisión del Gobierno norteamericano de recomendar a la Comisión Federal de Comercio que no acepte la demanda presentada por US Steel contra las ventas de productos siderúrgicos de los nueve en el mercado estadounidense. Los efectos del acuerdo de Luxemburgo, por el que los aliados de EE UU se comprometen a sancionar a Irán si no libera a los rehenes norteamericanos, no han tardado en dejarse sentir en el campo concreto de la colaboración económica con Washington.En el plano estrictamente europeo, otro de los efectos del acuerdo de Luxemburgo será la petición a Gran Bretaña de que aumente la producción de petróleo del mar del Norte para hacer frente a los desequilibrios que cause la negativa de Irán a vender su petróleo a los países que le amenacen con sanciones comerciales.

El comisario de la CEE, Guido Bruner, reconoció ayer, en una rueda de prensa celebrada en Bruselas, que el tema será tratado en la reunión que los jefes de Gobierno de los nueve celebrarán en Luxemburgo los próximos días 27 y 28.

La «guerra del acero» entre los nueve y Estados Unidos estalló el pasado mes de marzo al solicitar la compañía US Steel que se gravara la importación de productos siderúrgicos europeos, porque, a su juicio, venían «protegidos» por los Gobiernos de origen. El Departamento de Justicia del Gobierno Carter señala ahora, después de mantener a la CEE sobre ascuas ,durante más de un mes, que no existen pruebas de que las importaciones europeas perjudiquen a la industria siderúrgica estadounidense.

Norteamérica -señala un diplomático estadounidense- está empezando a pagar la solidaridad de sus aliados europeos, pero podría dar un vuelco completo a su política, si en la reunión de Nápoles, el próximo día 17 de mayo, los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE no imponen un boicoteo total y absoluto contra el régimen de Jomeini. La última advertencia la hará el secretario de Estado, Cyrus Vance, en Bruselas, con motivo de la reunión extraordinaria de la OTAN, que se ha fijado para el día 14 de mayo y no por casualidad, añadió.