_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El pianismo trascendente de Rafael Orozco

Un pianista de la categoría y de la edad de Rafael Orozco ofrece, a lo largo de sus diversas actuaciones, un doble interés: el de las interpretaciones concretas de cada ocasión y el de seguir la curva de su evolución. Desde este punto de vista, su último recital en los «martes» del teatro Real me parece revelador. En una anticipada madurez, cuando Orozco no ha alcanzado los 35 años, gran virtuosismo y honda serenidad se funden en un todo coherente, fascinante de matices¡Qué Iberia la de Orozco en su primer cuaderno! Canto interiorizado, a modo de lejana meditación, en el primer número (Evocación); rara combinación de ritmo y canto, de copia y danza y abstracta geografía andaluza en El puerto; magnificencia colorista en el cuadro sobre el Corpus en Sevilla, en donde, pianísticamente, está clara la influencia Chopin-Liszt. Cuadro, sí, pero no pintura superficial, sino evocación, introspección y síntesis: marcha procesional, tonada popular (La tarara) y compromiso entre saeta-«pange lingua», podrían ser, en otro, elementos diversifica dos para la escena de costumbres. En el genial Albéniz de Iberia se convierten en unidad de sentimiento, en proceso que va del casi silencio de la calle recoleta al apogeo de un barroquismo que no es sino transmigración de la arquitectura andaluza. Contrastes, contra dicciones, sometidas a un orden lógico e íntimamente personal. Obras complejas de interpretación y no sólo difíciles estas «iberias » que Orozco domina en grado sumo y en todas sus dimensiones a través de versiones largamente pensadas y de extraordinaria veracidad. La España superficial la tuvimos en la Rapsodia española, de Liszt, sobre los mismos temas que tratara Glinka. Entonces, Orozco diferenció bien y mostró cómo aquí domina el virtuosismo y lo español es únicamente pretexto. Y supo añadir a la exhibición su buena dosis de gracia, bien contrastada con la breve y magnífica meditación sobre el tercer Soneto de Petrarca.

Ciclo de cámara y polifonía

Recital de piano por R. Orozco.Obras de Bach, Schumann, Albéniz y Liszt. 16 de abril.

Otra clave del recital: la Humoresca, de Schumann. También otra prueba de complejidad y nueva demostración de los conceptos penetrantes de nuestro pianista. El secreto mundo del gran romántico, el psicologismo abstracto de una intimidad expresiva, el resumen de unos valores musicales que enlazan el «lied» y el pianismo «sinfónico» fueron explicados por Rafael Orozco de forma prodigiosa. Para cada obra supo establecer, de entrada, el correspondiente «ideal sonoro», y en el caso de la Cuarta partita se decidió a olvidarse del «clave», tentación tan lógica como frecuente. Hizo piano, pero por cuanto demanda la naturaleza de los pentagramas bachianos, piano «sui géneris». Y poética, lírica y razón, no menos «sui géneris».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_