El Islam no se ha adaptado todavía a las formas contemporáneas de vida
Conferencia del profesor Martínez Montavez sobre "El resurgir del islamismo"
«En el orden social el Islam no ha superado la dicotomía tradicionalismo-adecuación a las formas contemporáneas de vida; en el ideológico se presenta nuevamente como una auténtica religión de masas, y en el político el resurgimiento del islamismo ha servido de alguna manera para desestabilizar aún más la situación en Oriente Medio.» Estas son, a juicio del rector de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en arabismo, Pedro Martínez Montavez, las repercusiones que se derivan del resurgir del islamismo, expresadas en el transcurso de una conferencia que sobre este mismo tema pronunció ayer en la Fundación Pablo Iglesias, de Madrid.El profesor Martínez Montavez afirmó, dentro de su exposición panorámica sobre los diversos aspectos del resurgimiento del Islam que, en contra de la idea que si tiene de que la actual situación de efervescencia ideológica en los países islámicos es de reciente aparición, según su opinión, esta efervescencia proviene por lo menos desde hace un siglo. «Lo que sucede es que estas convulsiones no se habían plasmado en la política y economía hasta hace muy poco».
El resurgir del islamismo ha producido, según el rector de la Universidad Autónoma, varios modelos islámicos que van desde el tradicionalista a ultranza, pasando por el reformista (influido por la ideología liberal europea), el tribalista (arraigado sobre todo en ciertas costumbres populares), modelos con indicios socializantes y, sobre todo, modelos eclécticos que recogen características de todos los modelos citados hasta aquí.
Los indicios para rastrear el resurgimiento islámico en el plano de la política se precipitaron, según el conferenciante, a partir de 1976, fecha que imprimió nuevas características al mundo islámico y produjo como consecuencia de ello una remodelación político-ideológica del mismo. Esta fecha es clave porque en ella se producen diversos fenómenos de revisión de vías de socialización estatales, de revisión de la aplicación de ideas nacionalistas, de revisión del concepto de tercermundismo, de inicial desovietización de la zona, de búsqueda de terceras vías o de modelos que no son los residuales de Occidente.
«Dentro de todo este contexto» añadió el profesor Montavez, «la ideología islámica tradicional adquirió un mayor peso, y el fenómeno concreto de Irán ha servido de detonante para la presentación social del tema del resurgir islámico porque posee unas características políticas muy claras».
Entre las principales repercusiones actuales y futuras de este resurgir del islamismo, el rector de la Universidad Autónoma de Madrid destacó algunas, que se dan en tres planos. Primero, en el plano ideológico, el Islam se presenta nuevamente como una auténtica religión de masas, y ofrece un fuerte contenido espiritual. Segundo, en el contexto social, todavía no ha superado la dicotomía tradicionalismo-adecuación a las formas contemporáneas de vida. Este punto todavía se encuentra, según el señor Martínez Montavez, en un estado de discusión intelectual, dado que es necesario que evite cualquier indicio de xenofobia y posibilidad de aislamiento. Por último, en el plano político, el resurgimiento del islamismo ha servido de alguna manera para desestabilizar aún más la situación de Oriente Próximo.
«En el fondo de la cuestión política del resurgir del islamismo no está claro qué es lo que subyace», terminó el conferenciante», si es una lucha de clases o un enfrentamiento de clases, si se trata de adoptar soluciones burguesas o por el contrario, de introducir soluciones populares. No sé exactamente en cuál de estas dos vías se fundamenta el fenómeno».
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