Nuevos asesinatos por motivos políticos en Guatemala

Un profesor y un estudiante universitarios fueron asesinados el miércoles por la tarde, en Guatemala, dentro de la ola de violencia que desde hace dos semanas se cierne sobre este país.El profesor Johnny Dahinten, de la Universidad de San Carlos, cayó abatido a balazos, que le dispararon desde una motocicleta dos desconocidos.

Dahinten tenía 48 años y era catedrático de Derecho procesal de la facultad de Ciencias Jurídicas de la universidad guatemalteca.

El abogado ocupaba un turismo blanco y circulaba en el sector más céntrico de la ciudad, frente al denominado «bufete popular», en el que se atiende gratuitamente a quien necesita asistencia jurídica, si bien él no trabajaba en ese «bufete».

El líder estudiantil asesinado también el miércoles se llamaba Antonio Urízar y era presidente de la Asociación de Estudiantes de la facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos.

Fue muerto, como el profesor, de numerosos impactos de bala que le dispararon unos desconocidos. Tampoco se conoce exactamente su filiación política, si bien la asociación que presidía ha sido tachada de marxista por medios gubernamentales.

Nadie ha reivindicado los asesinatos hasta el momento.

La ola de violencia en Guatemala comenzó con el asesinato del coronel Máximo Zepeda, que se atribuyó al Partido Guatemalteco del Trabajo, de tendencia comilnista.

El coronel Zepeda era de los principales dirigentes de la lucha antiguerrillera en Guatemala y fue asesinado a tiros en el interior de su automóvil.

A raíz del asesinato del coronel Zepeda, el clandestino ESA (Ejército Secreto Anticomunista, de carácter paramilitar) publicó un comunicado en el que decía que mataría a veinte izquierdistas por cada derechista asesinado. Ni el profesor ni el estudiante asesinados ayer habían recibido amenazas de muerte.

En días pasados también fueron asesinados el abogado Hugo Rolando Melgar, asesor jurídico de la Universidad de San Carlos, y el director del Instituto de Investigaciones Económicas de dicha universidad, Alfonso Figueroa, a los que se atribuía una posición izquierdista. Ningún grupo ha reivindicado los asesinatos de Melgar y Figueroa.