Ruptura bien recibida

"Paradójicamente, la ruptura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irán, decretada por el presidente Carter, ha sido acogida con satisfacción por ambas partes. El anciano ayatollah, inmutable e infalible, aplaudió la decisión americana al tiempo que fulminaba con su verbo apocalíptico a los presidentes Saddam. Hussein y Sadat, de Irak y Egipto, que parecen haberse convertido, porrazones diferentes, en sus nuevas "bestias negras". La política del profeta chiita se basa en la creación continua de tigres de papel contra los que lanzar a sus masas fanatizadas y ociosas. (...)El problerna estriba ahora para Estados Unidos en preservar la vida de sus conciudadanos secuestrados en Irán por medio de presiones indirectas y a través de la ayuda de los países amigos que todavía mantienen relaciones con la República Islámica, evitando así una "intervención directa" que podría desembocar en un conflicto de envergadura. (...)

Es poco probable que la ruptura de relaciones entre americanos e iraníes, así como las medidas complementarias tomadas por los dos países (expulsión de estudiantes y funcionarios, suspensión de visados, cancelación de las ventas de petróleo a Estados Unidos, etcétera), conduzca a un mayor equilibrio del régimén jomeinista, cuyas dificultades con sus vecinos y minorías nacionales aumentan (...)»

9 de abril