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Marchais afirma que la reunión de París no modificará la relación entre los partidos comunistas

Georges Marchais, secretario general del Partido Comunista francés (PCF), declaró ayer en Lisboa que la decisión de los comunistas españoles, italianos y yugoslavos de no asistir a la cumbre de partidos comunistas europeos, a celebrar en París los próximos días 28 y 29, «no afectará en el futuro sus relaciones con los partidos participantes», informa nuestra corresponsal Nicole Guardiola.Este criterio no parece sostenerlo la Liga de los Comunistas de Yugoslavia (partido comunista), quien, a través de su órgano de prensa oficial, Borba, calificó, el pasado domingo, la reunión de «iniciación al sectarismo».

Los yugoslavos, siempre sensibles a la creación de «centros» o «ejes» de decisión, acusan a los convocantes de la reunión, los partidos comunistas de Francia y Polonia, de colocar a sus correligionarios europeos ante «un hecho consumado». Belgrado insiste sobre el «derecho de cada partido a mantener relaciones internacionales soberanas».

Sobre este punto, Marchais aseguró en la capital portuguesa, donde hizo escala, procedente de varios países africanos, que «no somos una internacional», dijo, «cada partido es libre de participar o no, aunque naturalmente desearíamos que el número de los presentes fuera el más elevado posible ».

Durante su estancia en Lisboa, el secretario general del PCF se entrevistó con su homólogo portugués, Alvaro Cunhal, quien le garantizó la presencia de su partido (reconocido por su línea prosoviética) en la reunión de París.

Acerca de la identidad propia de cada partido también se manifestó recientemente el otro convocante, el Partido Obrero Unificado polaco (PC), que a través de su órgano de prensa, Tribuna Ludu, aseguré que «la especificidad» de cada partido comunista «no debe constituir un obstáculo para la celebración de la reunión».

Algunos analistas estiman en la capital francesa que la Unión Soviética está detrás de la iniciativa franco-polaca, con el propósito de desviar la atención del tema afgano y curarse en salud si otra cumbre comunista terminase en un fracaso, recordando la dispersión que se produjo en la reunión de Berlín este de 1976, que fue patrocinada por Moscú.

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Se estima además que la reunión comunista parisiense será un nuevo golpe contra el eurocomunismo y un paso más en el deteriorado proceso de relaciones entre los comunistas franceses con los españoles e italianos.

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