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Reportaje:Un año de ayuntamientos democráticos / 1

La izquierda acusa a UCD de no haber cumplido sus promesas de liquidación de deudas municipales

El partido del Gobierno, Unión de Centro Democrático, ha conmemorado el aniversario de las elecciones municipales con una nota de prensa en la que compara su actuación con la de la izquierda. Según UCD, este partido ha gobernado «dando la máxima participación a todos los grupos políticos», «sin hacer discriminación de ninguna clase», «con un profundo respeto a la legalidad, lo cual viene a demostrar, una vez más, su profunda convicción democrática», procurando «una convivencia pacífica en un marco de libertad, solidaridad y justicia», teniendo como norma la «transparencia y la honestidad» y actuando «siempre en interés de la población».La nota ucedista dice que «el mismo análisis y valoración hecho a partir de datos concretos y reales arroja, en las corporaciones gobernadas por el pacto de izquierdas o las correspondientes coaliciones que los gobiernos municipales y provinciales de izquierdas coaligados en pactos poselectorales y extramunicipales no han respetado la institución democrática, vulnerando las leyes al hacer una discriminación de los demás grupos políticos, no dándoles la representación correspondiente dentro del gobierno local».

El partido del Gobierno dice también que las opciones de izquierda «no han respetado el ordenamiento jurídico», «no han logrado una armonía ciudadana ni una convivencia grata», «han desvirtuado la competencia local» y «tratan de atribuir a la escasez de medios económicos todos los males que son incapaces de resolver». «La izquierda», dice UCD, «basándose en que defiende los intereses populares, ha movilizado sectariamente a su electorado, presa de sus demagógicas promesas electorales, y ha buscado para cada problema un culpable en vez de una solución, cuando tenía medios para ello».

Alianza Popular ataca a la izquierda, porque opina que «sobra demagogia y faltan ideas concretas», pero tampoco deja a salvo a UCD. Carlos Collado, vicesecretario de acción municipal de AP, dirá que «para las próximas elecciones, a la gente no se le podrá ir con folletitos como este de UCD, de la campaña de José Luis Alvarez, en el que dicen que van a convertir la periferia de Madrid ,en zonas tan nobles como las del centro", porque la gente se los echará a la cara».

El Partido Comunista de España apunta, dentro del calificativo de positivo que da al balance, una mayor transparencia en las haciendas locales, y cita pueblos como El Grove, en Pontevedra, o la localidad sevillana de La Rinconada, donde los presupuestos se han discutido en asambleas. También citan la creación de planes de actuación municipal, que reflejan los problemas más graves de los municipios, y consideran como muy positivo el incremento de participación de los vecinos, incluso en los plenos, y su información. En Santa Coloma de Gramanet, cuyo alcalde es un cura del PCE, han perfeccionado tanto el sistema informativo que la Corporación municipal se comunica con el vecindario mediante hojas periódicas que se reparten a través de las panaderías.

El Partido de los Trabajadores, desde su «incidencia restringida», ha visto la experiencia de los ayuntamientos de izquierda como negativa. Carlos Dueñas, miembro de la secretaría municipal del PTE, explica su opinión diciendo que « la izquierda ha caído en la trampa de intentar racionalizar algo el gran follón local, cuando el tema está en cómo se le arranca al poder central y al Gobierno de derecha una mayor autonomía y mayores medios. Desde la legalidad vigente, y teniendo en cuenta los grandes medios de que dispone el Gobierno, esto sólo podría resolverse enfrentando a los vecinos con quien impide las soluciones, que es el Gobierno. El momento de la aprobación de un presupuesto, por ejemplo, es bueno para que la gente vea cuáles son las necesidades y cuáles los recursos. No es excusa válida decir que ha sido un año de rodaje. Se puede ser más duro para no llegar a casos como el de Madrid, que tiene todas las cotas de incapacidad y conservadurismo.

No han sabido aprovechar el respaldo del ciudadano a los ayuntamientos de izquierda, y por eso se topan ahora con gente desencantada por la debilidad y vacilación de esos ayuntamientos».

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Financiación

El principal problema que se han encontrado todos los partidos al llegar a los ayuntamientos democráticos ha sido la financiación, la situación de las haciendas locales y la estructura presupuestaria. También señalan la deficiente cobertura de funcionarios e incluso el desinterés de algunos de éstos y la inexistencia de un marco institucional democrático, especialmente plasmado en una nueva ley de Régimen Local. La izquierda afirma que UCD no ha cumplido sus promesas de propiciar presupuestos de liquidación de deudas, y cuando lo ha hecho, ha sido en base a permitir a las corporaciones crear nuevos impuestos a los ciudadanos, con lo que la impopularidad de esta medida se vuelve contra los ayuntamientos de izquierda, como señala un miembro de la secretaría de política municipal del PCE. «No ha habido», opinan los comunistas, «una salida racional y progresiva al sistema anterior, existe un auténtico despilfarro de recursos.»

Juan Manuel Reol Tejada, secretario de política territorial de UCD, rechaza las acusaciones que se le hacen a su partido, acusaciones que ve, principalmente, provenientes del Partido Socialista, especialmente del responsable de política municipal de la ejecutiva del PSOE, Luis Fajardo. Reol considera que los ayuntamientos gobernados por la izquierda no han hecho el esfuerzo de saneamiento que era exigible ni han contenido el desorden económico y el despilfarro. «Testimonios de muy responsables líderes socialistas», dice, «han calificado la huelga de transportes de Barcelona como absolutamente improcedente, mal planteada y mal resuelta»

Reol Tejada ofrece unas cifras como «símbolo de la inequívoca vocación municipal de UCD», y para explicar la tesis de su partido de que socialistas y comunistas han despilfarrado, por lo que «antes que el paternalismo de recurrir al papá Estado diciendo deme usted más hay que poner orden en casa, hacer cirugía donde sea necesario y realizar con hechos lo que se ha quedado en palabras».

«A 31 de diciembre de 1977», afirma el secretario de política territorial de UCD, «se aprobaron deudas por un importe de 28.000 millones de pesetas; a 31 de diciembre de 1978 se aprobaron por 60.000 millones. Al haber dispuesto el Gobierno que los Presupuestos del Estado se hagan cargo del 50% de la amortización y de los intereses, la política municipalista del Gobierno de UCD se materializa en la cantidad que absorberá el Estado de 50.000 millones de pesetas. El montante del tercer presupuesto extraordinario aprobado recientemente para las deudas de 1979 supone 60.000 millones, de los que 30.000 irán a Barcelona, 10.000 a Madrid y una parte pequeña a los ayuntamientos medianos y pequeños donde vive el 70% de la población española, que también tiene sus problemas. Para este último presupuesto el Gobierno destinará, a través del Banco de Crédito Local, 35.000 millones de pesetas. Si eso no es entendimiento solidario», termina Reol Rejada, «que venga Dios y lo vea».

Las declaraciones del responsable de política municipal de la ejecutiva del PSOE, Luis Fajardo, en las que denunciaba «la política abstencionista del Gobierno de UCD, que, con una irresponsabilidad sistemática, se empeña en desconocer el papel que los municipios están llamados a desempeñar dentro de la construcción del Estado de la Constitución», así como el anuncio de la reunión en Madrid de más de mil alcaldes socialistas para dar cuenta de su gestión, ha hecho afirmar a Reol Tejada que «no es procedente ni insultar ni hacer juegos florales o chistes para conmemorar el año de ayuntamientos democráticos. Insultar, porque son intemperancias de Fajardo decir que el Gobierno es irresponsable y que su actitud es un peligro público para el mantenimiento de la democracia. Entiendo que un hombre que se mueve en la política con una cortesía extraordinaria, como es el alcalde de Madrid, profesor Tierno Galván, haya marcado sus distancias en la política municipal con su, partido».

«Hablo de juegos florales», sigue diciendo el representante ucedista, «porque no es otra cosa la concentración de mil alcaldes, y me refiero a chistes porque lo son poner a Barcelona y Valencia como ejemplos de una política de ayuntamientos piloto. El Ayuntamiento de Barcelona hará una liquidación de deudas de 30.000 millones de pesetas sólo por las contraídas en 1979; 14.000 millones serán de los transportes públicos y se intentan cargar sobre las espaldas de todos los españoles a través de los Presupuestos del Estado. Esto es comprensible cuando el PSOE dice en su programa que administrar bien los recursos es aumentarlos. »

Luis Fajardo opina de las palabras de Reol que «es lógico que este hombre asuma su papel de oposición. Cuando ponemos como modelo a Barcelona o a Valencia es por haber iniciado antes que otros ayuntamientos la reforma administrativa, y supongo que Reol sabe de qué va esto. Hemos afrontado la reforma administrativa en todos los ayuntamientos, y supongo que sabe que en la reforma administrativa no se ven los frutos de un día para otro. La cuestión no es pelear, sino saber de qué se habla».

«Por otra parte», afirma Luis Fajardo, «Reol. confunde los dineros. ¿Cómo puede decir que Barcelona hará una liquidación de deudas de 30.000 millones de pesetas? Los presupuestos de liquidación de deudas a 31 de diciembre de 1979 aún no han sido presentados a los organismos de la Administración central, por lo que me parece difícil que él pueda cuantificarlos. Con respecto a su alusión al alcalde de Madrid, en ningún momento se ha manifestado contra la política municipal de nuestro partido.»

La generosidad del Gobierno

Cuando Reol oye que permitir a los ayuntamientos elevar los impuestos es volver contra ellos la impopularidad de los vecinos, responde: «Tres cosas: primera, el PSOE en su programa dice que la administración de los recursos es aumentarlos; segunda, ¿hay algún ingreso del Estado que no venga del bolsillo de los ciudadanos?; tercera, la recaudación impositiva es más popular allí donde el ciudadano ve el servicio, y tenemos que darnos cuenta de que si queremos calidad de vida hay que pagarla. Además, me parece que el partido que ha hecho la reforma fiscal es UCD y el decreto que aprobó esta posibilidad recaudatoria -el decreto-ley de 29 de julio de 1979tuvo el respaldo unánime de todos los grupos de la Cámara. Hay que administrar primero en la propia casa. Ahora que la generosidad del Gobierno de UCD admite el presupuesto de liquidación de deudas, el 90% de ellas van a parar a los ayuntamientos de izquierda, no porque alberguen el mayor porcentaje de población, sino porque no han hecho política de austeridad».

«La política municipal del Gobierno, presidido por Adolfo Suárez durante los tres últimos años», dice el socialista Luis Fajardo, «ha sido la de autorizar presupuestos de liquidación de deudas a los ayuntamientos aún no democratizados, con clara finalidad electoral, ya que lo hizo justo antes de las elecciones generales de 1977 y 1979 y antes de las municipales de hace un año. Si se han dado esos presupuestos en mucha mayor cantidad en la época de ayuntamientos no democráticos, nosotros y las Cortes, que así lo autorizaron, pensamos que se debían conceder una sola vez medidas extraordinarias, sobre todo cuando esos déficit proceden de gastos estructurales, porque los ingresos de un ayuntamiento aquí son muy inferiores a los de un ayuntamiento europeo. En España estamos en un 1,0% de la participación del sector público local en el estatal, y la media europea es de un 25%. Con el absoluto centralismo que hay tienen que ocurrir estos desequilibrios estructurales, y lo que queremos es que no sucedan y que haya una ley de Régimen Local seria. »

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