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La compañía norteamericana Steel pide a Carter medidas anti-"dumping" contra las exportaciones de acero europeo

La sociedad siderúrgica US Steel, primer productor norteamericano de acero, rechaza el actual sistema proteccionista de la Administración Carter, basado en precios mínimos a la importación (tyigger prices) y pide la aplicación de medidas anti-dumping contra las importaciones de acero europeo originario de siete países miembros del Mercado Común, Francia, República Federal de Alemania, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Italia y Luxemburgo.

El Departamento de Comercio de EEUU no ha reaccionado todavía a la demanda de US Steel. En medios bien informados se prevé que la compañía siderúrgica norteamericana podría solicitar idénticas medidas para los productos siderúrgicos procedentes de otros países, incluida España, que exportó a EEUU en 1979 por valor de 137,4 millones de dólares (unos 9.800 millones de pesetas), especialmente en laminados, barras, tubos y accesorios.Para proteger su mercado interior, Estados Unidos aplica, desde 1977, un sistema de «precios mínimos» a la importación, cuyo índice se basa en el nivel de precios practicado por la siderurgia japonesa, considerada actualmente como la más competitiva del mundo. Los países europeos, con costos de producción más altos que la siderurgia nipona, subvencionan sus ventas de acero a EEUU para poder respetar el índice de «precios mínimos», según la versión de los dirigentes de U S Steel, que prefieren volver al clásico procedimiento de medidas anti-dumping.

La Administración Carter, en plena fase de lucha contra el aumento de precios en Estados Unidos (cuyo índice anual se proyecta en un incremento del 19% para el año en curso), parece reacia a dar satisfacción a la multinacional del acero US Steel. Desde un punto de vista de relaciones comerciales exteriores, Washington no olvida tampoco ,el riesgo de incrementar la latente «guerra comercial» entre Estados Unidos y el Mercado Común. Es evidente que si los europeos sufren restricciones para las ventas de acero a Estados Unidos, acusados de subvencionar indirectamente su sector siderúrgico, Bruselas puede replicar con idénticas medidas en otros productos de origen made in USA, corno los plásticos, cuya producción está también protegida indirectamente en EEUU a través de subvenciones energéticas. A nivel oficial, el temor de incrementar la «guerrilla» comercial internacional parece prevalecer por el momento, pero, a escala privada, los productores reaccionan con toda lógica, en un momento de problemas coyunturales graves, baja del consumo y subida de la competencia exterior.

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