Concierto menor del saxofonista Archie Shepp
Considerado músico ideólogo del "free-jazz"
El pasado jueves actuó en el Colegio Mayor San Juan Evangelista el saxofonista Archie Shepp. El teatrillo del San Juan se caracteriza por tener uno de los mejores ambientes de la ciudad universitaria, pero también por ser uno de los recintos más incómodos. El hecho de que todo un mito como Shepp fuera a caer allí (y menos mal que, por lo menos, estuvo) sólo puede deberse a que su gira ha sido una sucesión continuada de bienintencionados despropósitos que por suerte no han incluido suspensiones.
Archie Shepp es conocido sobre todo por una época (segunda mitad de los sesenta) en la que fue uno de los músicos-ideólogos más notorios del free-jazz. Aunque Shepp no sólo es músico, sino también poeta y autor teatral. A lo largo de su carrera ha practicado desde rock hasta blues, swing hard-bop o casi cualquier otro estilo que se haya dado dentro o cerca del jazz. Precisamente, este carácter errático se mostró en los conciertos del San Juan con un Shepp practicando, una música que en absoluto puede ser catalogada de free. Por allí surgían influencias ellingtonianas y coltranianas. No eran exactamente remakes de temas de esta gente, más bien recordaban de una manera muy insistente lo que aquéllos hicieron en su día sin que fuera igual, por mucho que los viciosos del dato y de las ecuaciones quedaran muy satisfechos al comprobar que, efectivamente, y tal como dicen los libros, su sonido recuerde al del histórico Ben Webster. En realidad, Archie Shepp y su quinteto ofrecieron un recital a media intensidad, pero repleto de swing. Hubo algún hecho sorprendente, como la aparición sobre el escenario del conocido espontáneo Juan José González, que con una mezcla de sana espontaneidad y de falta de respeto hacia los músicos y la audiencia cantó una especie de scat.El grupo presentaba también sus altibajos. El pianista Siegfried Kessler no estaba, al parecer, en muy buena disposición física y psicológica y apenas se le escuchó. El trombón Charles Greenlee cumplió bien, pero se encontró con la sorpresa de que cuando iba a iniciar un solo los aplausos de la gente (que pensaba que había finalizado el tema) acabaron de cortarle para toda la noche. El bajo Cameron Brown, y el bateria, Charles Pership, fueron, en cambio, dos salvajes capaces de matizar, al tiempo que procuraban una base solidísima para las intervenciones solistas de saxo y trombón. Archie Shepp no dio todo lo que tiene dentro, lo cual no significa ningún tipo de autocomplacencia, sino el hecho cierto de que no todos los días se puede estar a tope de inspiración. Hizo un tema al piano que resultó sorprendente, entre otras cosas, porque con anterioridad apenas se había oído el instrumento. En resumen, un concierto menor de un gran músico, que ha vuelto a un cierto clasicismo tras haber sido uno de los líderes de la vanguardia. Y es que la gente evoluciona y afortunadamente tienden cada vez más a hacer música no adjetivada.
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