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Nuevas expropiaciones israelíes de tierras árabes en Jerusalén

Israel ha recibido sin reacciones duras críticas de las Naciones Unidas y de Estados Unidos contra su decisión de expropiar nuevas tierras árabes cerca de Jerusalén.Las 450 hectáreas que serán expropiadas están situadas entre, el barrio de Neve Yakov y el de Guivat Shapiro, en la carretera Norte, que une Jerusalén con las ciudades árabes de Ramallah y Nablus.

El objetivo del Gobierno hebreo, que considera a Jerusalén como la capital de Israel, es lograr una «continuidad territorial» entre los dos barrios, que están separados por la aldea palestina de Shuafat.

Según las Naciones Unidas y el Gobierno norteamericano, el futuro político de Jerusalén debe ser negociado entre judíos y árabes, e incluso Egipto sostiene que la zona árabe de Jerusalén debe ser incluida en las negociaciones sobre la autonomía palestina.

Jerusalén, con medio millón de habitantes, estuvo dividida en dos sectores, uno controlado por Jordania y otro por Israel, desde la creación del Estado judío en 1948. Pero, durante la guerra de los seis días de 1967, los paracaidistas israelíes conquistaron el sector oriental.

En ese mismo año, el Gobierno laborista israelí resolvió «reunificar» la ciudad dividida, mientras que Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán y el Sinaí -conquistados en la misma guerra- fueron conservados como «carta para negociar».

Mientras el sector oriental estuvo controlado por los jordanos, estos concedieron a sus habitantes la ciudadanía de Jordania, así como a los habitantes de Cisjordania.

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La conquista del barrio oriental y la extensión de la jurisdicción municipal de Jerusalén hasta el aeropuerto de Atarot, junto a Neve Yakov, provocó protesta en la ONU en 1967, y convirtió a los pobladores árabes en «parias políticos», pues no estaban en Jordania, pero tampoco deseaban ser ciudadanos de Israel.

En el presente, la idea de mantener unida a Jerusalén, pero con municipios separados para las comunidades palestina y judía, bajo un «consejo municipal supremo» mixto, es quizá la más aceptable para los israelíes y árabes moderados que han renunciado a la devolución de Jerusalén.

Sin embargo, el Gobierno de Tel Aviv posee nada menos que 35 planes distintos para proponer cuando llegue la hora de «la lucha por Jerusalén».

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