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Amplia redada contra Autonomía Obrera en Italia

Juan Arias

Quinientos carabineros y policías, con treinta órdenes de detención en su poder, realizaron, en la madrugada del martes, la mayor redada conocida hasta ahora de supuestos militantes del área de extrema izquierda Autonomía Obrera de Padua, Vicenzia y Venecia. Fueron detenidos veintidós jóvenes, de entre dieciocho y veintidós años, algunos de ellos miembros de conocidas familias aristocráticas y de la oligarquía.Se trata de la tercera redada decidida por los jueces de la ciudad del Santo, como se llama aquí a Padua, después de la famosa operación del 7 de abril, en la cual acabaron en la cárcel los «padres» de Autonomía, los grandes líderes intelectuales del llamado «partido armado», encabezados por el famoso catedrático de Ciencias Políticas y uno de los mayores expertos europeos de marxismo, Toni Negri. Esta vez la justicia, como afirmaba ayer Corriere della Sera, ha cortado los brazos a Autonomía, mientras en abril le había cortado «la cabeza». Y es que los veintidós detenidos y los restantes fugitivos son lo que se podría llamar los tenientes, los sargentos y los simples soldados de Autonomía Obrera organizada.

Los tres magistrados que han desplegado la operación consideran a estos autónomos responsables de los mil atentados de «terrorismo difundido» perpetrados desde 1975 hasta hoy en Padua, Vicenza y Venecia. De ser el lazo entre «la teoría y los hechos» en el campo de Autonomía armada, es decir, los cuadros intermedios.

Lo que quizá ha desconcertado más a la opinión pública es que entre los veintidós detenidos existe de todo: estudiantes, obreros, artistas y, sobre todo, varios «hijos de papá». Baste como botón de muestra que ha acabado en la cárcel Gianfranco Ferri, hijo del famoso conde Ferri, una de las familias más ricas y con más solera nobiliaria de toda la región de Venecia. Augusto Rossi, hijo del director de la sociedad Le Padovanelle y director del hotel y del restaurante más famosos de Padua. De las ocho chicas que han ido a la cárcel, una es nada menos que Susanna Scotti, hija de una de las familias más ricas de toda Italia. Y, en el campo intelectual, figura también Laura Bettini, hija de uno de los catedráticos más famosos de la Universidad de Padua, experto en cuestiones de arte.

Por lo que se refiere a las pruebas que puedan tener en las manos los jueces Calogero, Fais y Borraccetti, que han sido los autores de las órdenes de detención, según los observadores deben ser muy fuertes, porque por vez primera los magistrados, en una operación semejante, han hablado de «pruebas irreversibles». Hay quien piensa que debe tratarse de otro caso de «confesión» de algún elemento de prestigio perteneciente a la misma Autonomía: otro arrepentido como el catedrático Fioroni, acusador de Negri y de sus compañeros.

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