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ANDALUCIA

Dos sectores enfrentados luchan por el control de la UCD andaluza

El domingo en Córdoba, tras seis arduas horas de debate, al término de la reunión del comité regional de UCD), Luis Marin Sicilia, notario en Baena, ex promotor del Partido Popular, hombre de Fernández Ordóñez y secretario de información de los comités provincial y local de Córdoba, resumiendo la sesión, dijo: «Hemos conseguido el descabalgamiento de los budas en UCD.»

Con esta frase quiso resumir el resultado del enfrentamiento de las dos corrientes afloradas por la campaña y los resultados del referéndum del 28 de febrero en el seno de la UCD andaluza y el triunfo momentáneo de las tesis del ala «progresista y autonomista», como gustan de llamarse sus miembros.La hibernación del comité regional, la desaparición de la comisión permanente, la asunción de sus funciones por una comisión de gestión, que no queriendo llamarla gestora, para no inducir a interinidad, se ha denominado delegada, es el resultado final del duro debate que se planteó el domingo, «por primera vez en el partido, ¡ya era hora de que sucediera»!, comentó el diputado Delgado de Jesús.

En el orden del día figuraban tres puntos: la puesta en marcha de la autonomía por la vía 143 de la Constitución, la convocatoria por el Gobierno de la asamblea redactora del Estatuto y la ratificación del presidente provisional regional, el ex dimisionario Félix Manuel Pérez Miyares.

No obstante, ni se abordó la vía del 143 ni, según trascendió a los pasillos de la sede centrista, se ratificó al presidente, que «ha quedado en una situación nebulosa e indefinida», aunque formalmente presidirá la única sesión prevista que le queda por celebrar al comité fosilizado el domingo: la que elegirá el comité regional que haya de sucederle.

Desde jornadas anteriores fue creciendo el tenso ambiente de expectación. Según informaciones previas, el pasado viernes almorzaron juntos el vicepresidente Fernando Abril, el diputado José Javier Rodríguez Alcaide, cabeza de la contestación en el seno de la UCD después del referéndum, y el presidente en funciones, Pérez M¡yares. En Córdoba, la víspera de la reunión, cenaron juntos el portavoz granadino del Congreso, Jiménez Blanco, con los miembros del ala centralista, mientras que en el domicilio particular de uno de ellos se reunieron los autonomistas.

Los pronunciamientos previos estaban enfrentados: «Si no conseguimos cambiar la imagen del partido y hacer salir de la sede a todos los derechosos, nos vamos», aseguró un portavoz de Rodríguez Alcaide, quien en público diría: «Ya he dado tres avisos a UCD; si tengo que dar el cuarto, será el último.» Manuel Clavero, desde Sevilla, mantuvo contactos con medios informativos para conocer las posiciones y sus consecuencias.

Comenzada la reunión, la delegación de Jaén, con el apoyo de Landelino Lavilla, presentó una moción pidiendo la aprobación de la gestión provisional de Pérez M¡yares y su ratificación al frente del comité regional.

Contra esta tesis, los autonomistas (firmada por José Javier Rodríguez Alcaide, Antonio José Delgado de Jesús, Diego Romero, presidente de la Diputación de Córdoba; Pedro Valdecantos, por Cádiz, y Miguel Sánchez Montes de Oca, por Sevilla) presentaron otra pidiendo que se desglosaran los dos puntos de la moción de Jaén. La gestión se aprobó por mayoría y se demoró el pronunciamiento sobre la ratificación del presidente hasta que se decidiera sobre una nueva propuesta del sector autonomista. Pedía éste la disolución del comité regional, previa dimisión de sus miembros, y el nombramiento de una comisión gestora para llegar a un congreso regional para elegir nueva ejecutiva.

Esta postura fue calificada como muy radical y fue retirada más tarde por sus redactores para apoyar otra en la misma línea, pero más digerible, presentada por Juan Antonio García Díez. Contemplaba esta moción la creación de una comisión delegada con mandato de gestión, la celebración de un congreso en el plazo de tres meses y la puesta en marcha de las negociaciones conducentes a una autonomía plena y rápida.

Esta propuesta sirvió de base al documento definitivo, que en votación secreta fue aprobado por 32 votos a favor, quince en contra y dos en blanco.

En un comunicado difundido posteriormente, se informa de la «creación de una comisión delegada que prepare y coordine el primer congreso regional de UCD de Andalucía, a celebrar en el plazo improrrogable de tres meses», y del encargo «a un grupo de trabajo de expertos del partido en Andalucía, la elaboración del proyecto de Estatuto, donde se recojan las aspiraciones de nuestro pueblo, en el sentido de lograr una autonomía plena y responsable». En el curso de la reunión los autonomistas pidieron que se iniciaran sin más dilación las negociaciones autonómicas, tomando como base de trabajo el Estatuto de Carmona, así como que la convocatoria de la Asamblea de Parlamentarios andaluces y de diputados provinciales quede a la instancia de la Junta de Andalucía y no del Gobierno. Estas dos cuestiones no se han reflejado en la nota difundida.

Según el comunicado, «esa comisión delegada asumirá las funciones de la comisión permanente», cuya defunción se silencia, así como la de los notables que la componían, entre ellos los presidentes provinciales, los ministros García Díez y García Añoveros, y el portavoz del Congreso, Jiménez Blanco, que quedan relegados de hecho de las negociaciones futuras.

Serán competencias expresas de la nueva comisión «la coordinación de la presencia de UCD en la Junta de Andalucía y las relaciones con otras fuerzas políticas a efectos del proceso estatutario».

Respecto a la hibernación del comité ejecutivo regional, se dice que «se reunirá para examinar el anteproyecto de Estatuto -se recalca por los autonomistas el término examinar, privándole de facultad correctora y decisoria- una vez elaborado, y se reunirá antes del Congreso para la renovación de sus cargos».

La comisión delegada mandatada por la reunión del comité regional estará compuesta de once miembros, uno por cada provincia, y otros tres, correspondientes a Ceuta, Melilla y las Juventudes de UCD. Tres de sus integrantes serán Morillo, por Cádiz; Luis Merino, por Málaga, y Sánchez Montes de Oca, por Sevilla, provincias que, junto a Córdoba mantuvieron la línea autonomista. En cuanto se refiere a Córdoba, se habla de la candidatura de José Javier Rodríguez Alcaide.

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