Los bancos centrales analizan en Basilea los tipos de interés y la inflación mundial
La carrera ascendente en los tipos de interés internacionales fue el tema central de la reunión mensual de los gobernadores de los bancos centrales de los países occidentales, que tuvo lugar en Basilea. Medios bien informados estiman que los gobernadores trataron de coordinar los próximos pasos en las políticas monetarias de sus países respectivos, de forma que se evite un clima de guerra de elevaciones sin límites en los tipos de interés.No obstante, la reunión se inició después que dos bancos de mediano calibre en Estados Unidos -First National de Newark y el Harris Bank- anunciaran una nueva subida en su tipo de interés preferente (prime rate) hasta la cota histórica del 18%. El encuentro, como es habitual tuvo lugar en la sede del Banco de Acuerdos Internacionales.
En medios bancarios internacionales se considera que la agenda de la reunión de este mes, tradicionalmente secreta, incluyó también las recientes decisiones adoptadas por los bancos centrales europeos para detener la carrera desenfrenada hacia arriba del dólar, cuyo valor ha alcanzado su cota más alta de los últimos meses.
Para evitar un deterioro de sus respectivas monedas, los Gobiernos europeos, especialmente el suizo y el alemán, se han visto forzados a vender importantes sumas de dólares en el curso de la pasada semana que, según fuentes bancarias, habrían superado los 2.000 millones.
El dólar, que ayer continuó su camino ascendente en todos los mercados cambiarios europeos, se espera que continúe ganando puntos esta semana, precisamente cuando la Administración Carter anunciará su paquete de medidas antiinflacionistas, que se espera desde hace días.
El presidente Carter, reunido el pasado sábado con la plana mayor de sus asesores económicos, declaró este fin de semana que sus esperadas medidas provocarán con toda seguridad un incremento notable en los niveles de desempleo (un 6% de la población activa, en estos momentos). Carter indicó que esta consecuencia era plenamente justificada en los actuales momentos de graves tensiones en el frente inflacionista.
El esperado paquete de medidas antiinflacionistas, cuya urgencia viene demostrada por el anuncio, el viernes pasado, de un incremento del 1,5% en los precios al consumo en Estados Unidos, incluirá con toda seguridad una fuerte reducción en los gastos federales, así como una restricción en la actual política crediticia. Parece descartado, en este sentido, que Washington adopte el férreo control de precios y salarios que el senador Edward Kennedy, principal oponente electoral de Carter, venía preconizando desde hace semanas.
Aparte de las restricciones crediticias y los cortes en los gastos federales, los expertos norteamericanos estiman que Carter ratificará la política monetaria restrictiva que se sigue desde el Sistema Federal de la Reserva y, en tal sentido, confirme la actual tendencia al alza en los tipos de interés, básico y preferente, en Estados Unidos.
Aparte de analizar, presumiblemente, este giro en la política económica norteamericana, los gobernadores de los bancos centrales europeos estudiaron la difícil situación en que se encuentra el sistema bancario internacional, como consecuencia del aumento de liquidez que supone el reciclaje de los petrodólares. El fuerte incremento en los precios de los crudos ha originado un excedente sin precedentes en los recursos financieros de los países de la OPEP, que han catapultado sus ingresos hacia los bancos europeos.
Como consecuencia del incremento de los precios energéticos, los bancos occidentales han visto incrementarse también de forma peligrosa los niveles de endeudamiento de los países del Tercer Mundo no productores de petróleo. Estos países han tenido que recurrir al euromercado para financiar sus facturas petrolíferas a unos extremos tales que han colocado en difícil posición sus balanzas exteriores.
Es de esperar, pues, que en este frente los gobernadores adopten algunas medidas para reducir los riesgos implícitos en estas operaciones.
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