"La leyenda del beso", de Soutullo y Vert

El gallego Reveriano Soutullo y el levantino Juan Vert mantuvieron una colaboración en el campo de la zarzuela tan estrecha que justifica la conocida anécdota: «Señor director, pregunta por usted el maestro Soutullo y Vert.» De ella nacieron muchos títulos y tres predilectos: El último romántico, La del soto del Parral y La leyenda del beso, cuyo intermedio se hizo pronto archipopular. Sobre un libreto de Antonio Paso y Enrique Reoyo, tan convencional como muchos del género, los compositores trazaron una partitura que tiene ciertos acentos de opereta y alguna pretensión operística, con numerosas ocasiones para que se luzcan, si pueden, los cantantes.En esta ocasión Josefina Meneses, bautizada en su personaje con el nombre de Amapola, que ya es llamarse, obtuvo uno de los mejores éxitos de la temporada. Los amores de Amapola se los disputaron con buen arte el tenor Ricardo Jiménez, en un gitano apasionado y violento, y el barítono Martín Grijalba, aristócrata dado a la buena vida.

El resto de las partes importantes corrieron a cargo de Amelia Font, excelente tiple cómica, Rafael y Jesús Castejón, capaces de abrillantar unos personajes bien mates. El coro de Perera, el ballet de Lorca, los escenarios de Francesch, la dirección musical de Moreno Buendía, aseguraron una línea de normalidad digna de aplauso.