Nueva oposición ciudadana a la venta del hospital de Maudes

Las entidades ciudadanas del distrito de Chamberí, encabezadas por la Asociación de Vecinos El Organillo, han replanteado públicamente el tema de la conservación del hospital de Maudes, un monumento nacional enclavado en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, toda vez que la fundación que afirma ser la propietaria del edificio ha anunciado la pública subasta del mismo en un precio mínimo de cuatrocientos millones de pesetas, cantidad en la que no podrían pujar más que las empresas inmobiliarias, aunque tampoco lo harían, dada la imposibilidad legal de demolerlo.El Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula, nombre con el que fue fundado, en 1915, por Dolores Tomero y Arano, el hoy conocido como Hospital de Maudes, ya que su parte trasera da a la calle de este nombre, así como a las de Treviño y de Alenza, fue construido por el arquitecto al que también se le debe el Palacio de Comunicaciones de la plaza de la Cibeles. Antonio Palacios intentó simplificar en el Hospital de Jornaleros, o de Obreros -nombres con los que también fue conocido- su ecléctico estilo personal. Realizó para ello una vasta construcción en planta estrellada, edificada en granito y piedra caliza, con aplicaciones cerámicas.

Nacido como fundación privada, pasó pronto a depender del protectorado que sobre él ejercía el antiguo Ministerio de la Gobernación. Incautado por el Gobierno republicano durante la guerra civil, constinuó en la misma situación administrativa hasta 1969, fecha en la que fue inaugurado el nuevo hospital militar de la Moncloa. A partir de ese momento, el Hospital de Maudes fue cedído a un patronato, que habría de regentarlo -tras recibir una indemnización, por parte del Ministerio del Ejército, de cerca de 170 millones de pesetas- con los mismos fines fundacionales, esto es, la atención de enfermos pobres. Del patronato formado en su día tan sólo pervive la reverenda madre visitadora de la Compañía de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, sor María Luisa Morante. En base a esto, la comunidad religiosa en cuestión se atribuye la total propiedad del edificio. Gracias a esa atribución ha realizado diversas gestiones para su venta, la última de las cuales está constituida por el anuncio de su subasta pública.

Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con que la propiedad del edificio corresponda a esa comunidad de religiosas. Es más, una sobrina de la fundadora del hospital, Joaquina de Porras Isla, marquesa de la Corona, asegura que la titularidad del edificio correspondería, en todo caso, al arzobispo de Madrid, ya que la escritura de fundación del mismo indica que el patronato que habría de regirlo a perpetuidad debería estar presidido por el «obispo de Madrid-Alcalá».

La Diputación quiso comprarlo

Desde el año 1969, el hospital de Maudes se encuentra totalmente abandonado. Unicamente ha funcionado en su sede una parroquia, que se ha limitado a los cultos religiosos de la capilla existente en el edificio. Esto, sin embargo, no ha impedido que se haya ido degradando paulatinamente y que de él hayan salido camiones cargados con todo lo que pudiera ser utilizable: cañerías, lavabos, cables...La Diputación Provincial, entonces presidida por el hoy ucedista Enrique Castellanos, intentó conseguir la propiedad del edificio para instalar en él su nueva sede opara convertirlo en residencia de visitantes ilustres. Para ello ofreció a las Hijas de la Caridad el edificio de una residencia de ancianos ya construida en Navalcarnero, más 190 millones de pesetas. Pero la operación fue abortada gracias a la oposición vecinal y a la negativa del Ayuntamiento de Navalcarnero, que era el propietario del suelo sobre el que se levantaba la residencia de ancianos.

Hoy, una vez más, las entidades ciudadanas han de salir al paso de un nuevo intento de venta. Para plantear la nueva campaña de oposición, el jueves pasado se celebró una mesa redonda, dentro del propio edificio del hospital, organizada por la Asociación de Vecinos El Organillo, en la que se replanteó la necesidad de que el edificio sea convertido en un centro cívico para el barrio, para lo que fueron anunciadas las medidas legales que podrían conducir a ello.