Impaciencia en la Iglesia
Me dirijo a su sección para exponer un hecho, el cual me atrevo al titular Indignación.El pasado día 3 asistí a la celebración, siempre dolorosa, del funeral por el padre de un amigo. El oficio, que debía comenzar a las siete y media de la tarde en la iglesia parroquial de Jesús de Nazaret (C/Carrión de los Condes, 1, Madrid-33), debido a un error burocrático, quedó anotado para las siete en el libro parroquial. Habiendo sido advertido el celebrante de este error minutos antes de las siete, no pudo contenerse y alas siete y veintitrés minutos comenzó la celebración, cuando aún no habían comparecido ni siquiera los familiares más allegados, los cuales, junto con todos los asistentes, tuvimos que asistir a la misma a los diez minutos de empezada. Concluida ésta, personalmente entré en la sacristía para expresarle mi más sincero desprecio por su comportamiento, falto de ética y sensibilidad hacia los sentimientos de los presentes, dando como excusa «que tenía otros asuntos que resolver» y un «gracias» en tono burlón.
Yo, que me considero católico no practicante, como un elevado tanto por ciento en nuestros días, y observo que la forma de actuar de este señor, cuya misión sería intentar que ese índice disminuyera, dice muy poco en favor de la Iglesia. Por ello, quiero dejar constancia, a través de esta sección, de mi indignación y la de todos los presentes por la actitud de este sacerdote. Espero que las autoridades eclesiásticas de este país tomen conciencia del hecho, para evitar que en lo sucesivo vuelva a producirse una situación tan grotesca como la expuesta.
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