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El centro derecha copa el poder en la Democracia Cristiana italiana

De momento, queda descartada una inmediata colaboración gubernativa entre democristianos y comunistas en Italia. Este es el primer resultado del último congreso de la Democracia Cristiana, después de que, anteanoche, se reunieran los dos centenares de miembros del consejo nacional del partido y eligieran como presidente a Amaldo Forlani, y como secretario general a Flaminio Piccoli, dos exponentes del ala centro-derecha del primer partido italiano. Piccoli reafirmó en su discurso de investidura que las divergencias en materia de política económica e internacional imposibilitan, «por el momento», una colaboración gubernativa entre democristianos y comunistas.

, El nuevo secretario general no se opone a un diálogo con el PCI, siempre que no llegue a plasmarse en una colaboración que les lleve a compartir el Gobierno. Pero Piccoli piensa también que este diálogo debe producirse una vez que la Democracia Cristiana y el resto de los partidos del «arco constitucional» hayan definido una plataforma política común.Después de la elección de Forlani y Piccoli, será él ala moderada de la DC la destinada a regir el inmediato futuro del partido. La política a seguir será, probablemente, la de reforzamiento de las alianzas con los socialistas y los pequeños partidos laicos (republicanos, liberales y socialdemócratas), según lo que se ha dado en llamar política de «solidaridad nacional».

El ala centro-derecha, que obtuvo una mayoría del 58% en el consejo nacional del partido que salió del último congreso, celebrado el mes pasado, obtuvo su victoria gracias a los votos en blanco del bloque perdedor, que capitaneaban el secretario saliente, Benigno Zaccagnini, y el ex primer ministro Giulio Andreotti.

Hasta el último momento se trató de buscar una investidura unitaria. Todas las gestiones resultaron inútiles, y sólo se logró con ellas retrasar dos veces el momento de las votaciones.

Además de a Forlani y a Piccoli, el consejo nacional eligió un vicesecretario general. El cargo fue a recaer precisamente en Carlo Donat Cattin, jefe del a la llamada «fuerzas nuevas» (uno de los bloques del partido más intransigente respecto a la colaboración gubernamental con los comunistas), y autor del «preámbulo» que provocó la radical escisión en dos partes de la Democracia Cristiana, durante el último congreso.

De las votaciones de anteanoche salió también una nueva ejecutiva del partido, compuesta por 32 personas (dos más que la anterior), y en la que, lógicamente, domina el ala moderada.

Repercusiones del «escándalo Italcasse»

Mientras la DC elegía sus nuevos dirigentes, continúa coleando el «escándalo Italcasse». Los representantes de las dos más importantes asociaciones bancarias italianas pidieron ayer a altas autoridades gubernamentales la urgente modificación de la ley Bancaria, ante el peligro de una posible paralización del sistema crediticio.La urgencia responde a las posibles consecuencias de la tormenta desatada el martes pasado contra funcionarios del Instituto Crediticio para las Cajas de Ahorro (Italcasse), acusados de haber otorgado créditos con excesiva liberalidad y sin suficientes garantías.

La orden de detención de 49 personalidades del mundo económico despertó el temor de la banca por sus posibles consecuencias: una ola de pánico, entre clientes y ahorradores.

La Asociación de las Cajas de Ahorro (CRI) dio a conocer, el miércoles, un comunicado diciendo que, a pesar de las detenciones de presidentes y directores de las cajas de ahorro, éstas continuarán funcionando, y que no existe ningún peligro para los depósitos.

Los sindicatos de los bancarios han expresado su preocupación por esa posible paralización del sistema crediticio

El jefe del Estado, Sandro Pertini; el presidente del Consejo de Ministros, Francesco Cossiga, y el ministro del Tesoro, Filippo María Pandolfi, estuvieron ayer reunidos durante más de una hora para analizar el problema.

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