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Legalizadas las irregularidades urbanísticas del Mercamadrid

El Ayuntamiento madrileño acordó ayer legalizar la situación urbanística de Mercamadrid, con el propósito de que las obras de los mercados centrales -paralizadas el mes de diciembre pasado- puedan seguir con normalidad. La decisión contó con el voto afirmativo de todos los concejales, aunque el grupo de UCD, por medio de José María Alvarez del Manzano, dio una explicación de voto a posteriori, en la que vino a decir que se sigue en la misma situación que con este tema mantuvieron corporaciones anteriores. Tal afirmación desencadenó una larga serie de intervenciones -en un tono bastante agrio- por parte de los portavoces de los tres grupos.

Los puntos llevados al pleno para conseguir la normalización de las irregularidades urbanísticas de Mercamadrid fueron una propuesta para solicitar a Coplaco la modificación del Plan General, de forma que se habilite el desarrollo completo del proyecto, ya que los volúmenes de construcción del polígono están agotados sólo con el mercado de pescados, sin contar con el de frutas y el matadero. Un segundo punto, con los mismos objetivos que el anterior, fue la propuesta de aprobar una declaración de principios a suscribir por el Ayuntamiento y Mercasa para la gestión social de Mercamadrid.Eduardo Mangada (PCE), concejal de Urbanismo, explicó que la petición a Coplaco se había decidido tras considerar que la existencia de los mercados centrales es un tema vital para los madrileños, y que por ello es necesario instrumentar todos los mecanismos legalizadores para habilitar la posibilidad de conseguir más volumen de edificabilidad -de los 200.000 metros cuadrados previstos en el Plan General se pasa a 500.000- y para conseguir las licencias de las que hasta ahora ha carecido el proyecto..

Alonso Puerta (PSOE) añadió que había optado por la solución menos mala, y que han puesto especial interés en defender la seguridad económica y jurídica de los ciudadanos.

Luis Rufilanchas (PSOE), concejal de Abastos, resumió la situación con que la actual Corporación se ha encontrado ante los mercados centrales: conflictivo sistema de financiación (el capital social se ha ampliado, y de seiscientos millones ha llegado a 5.000), total desorden en la gestión, diferencias entre el Ayuntamiento y Mercasa, gran retraso hasta iniciar el expediente de municipalización, carencia de licencias de obras y exceso de volúmenes, entre otras cosas. «Nada más llegar hicimos la revisión de la situación. Había que atajar el tema, pese a que no nos gustara la herencia recibida. Además, hemos tenido en cuenta la deficiente situación de los mercados centrales y el coste material y social que supondría la paralización definitiva. Un total de 3.800 millones de pesetas se irían por la borda, sin contar con las indemnizaciones quetendríamos que pagar. La solución que planteamos es poner orden en la cuestión urbanística, en la financiación y entre los dos socios mayoritarios de Mercamadrid (Mercasa y el Ayuntamiento).

Después de que Alonso Puerta manifestara su disgusto por tener que aprobar en estas condiciones, anunció que se abrirá una auditoría en la que se investigarán responsabilidades.

Se pasó a la votación, y Alvarez del Manzano pidió explicar el porqué del voto áfirmativo de UCD. Dijo que había sido una votación gratuita, porque se iba a seguir con un proyecto en las mismas condiciones que las corporaciones anteriores -el convenio con Mercasa se firmó el 3 de abril de 1973-, y reprochó a los concejales socialistas y comunistas que la paralización de las obras suponga un encarecimiento de las mismas. «Han intentado ustedes hacer lo mismo que con la Vaguada», añadió, «yo también quería un proyecto distinto. Prefería tres mercados en lugar de uno -Alvarez del Manzano era delegado de Hacienda con García Lornas-, pero nos atuvimos a los informes de los técnicos.»

Los chascarrillos y tono festivo de la intervención del concejal centrista suscitaron una airada contestación de Luis Rufilanchas y de Alonso Puerta. Eduardo Mangada fue quizá el más duro en la contestación, al hablar de la falta de responsabilidad del señor Alvarez del Manzano. Le repitió una por una las irregularidades de las obras y dijo poder demostrar ante la mesa que en la tramitación se habían realizado gravísimas irregularidades.

«No hago una defensa personal», contestó Alvarez del Manzano, «porque todo lo que he hecho lo he hecho bien, y aseguro que no existen las gravísimas irregularidades de las que habla Mangada, ya que en todo momento hemos tenido a la vista los informes de los técnicos.»

Eduardo Mangada contestó que él hablaba de irresponsabilidad técnica, porque los informes desaconsejaban totalmente el emplazamiento de los mercados centrales. «Hubo irresponsabilidad técnica, porque en el informe del arquitecto Jiménez Salas se advertía ya que el emplazamiento no era adecuado. Las grietas de los edificios son la prueba de ello, y los que desoyeron esos informes tienen toda la responsabilidad. »

Conservación de edificios

Otros temas urbanísticos tratados en el pleno fueron la aproba ción de la ordenanza sobre conservación y estado ruinoso de los edificios y la delimitación de áreas de expropiación del anillo verde.En la primera ordenanza, según dijo Eduardo Mangada, se han recogido muchas de las alegaciones presentadas por el Colegio de Arquitectos e incluso algunas de las sugerencias de la Cámara de la Propiedad.

En cuanto al anillo verde, el mismo concejal dijo que era una oportunidad para conseguir un replanteamiento político del suelo de Madrid e ir a la creación de suelo para viviendas sociales y equipamientos, además de poder dar una consolidación definitiva a determinadas zonas.

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