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El corazón de Tito vuelve a fallar

Francisco G. Basterra

El ambiente oficial de Belgrado se ha tornado más sombrío después de que el consejo de ocho médicos -todos yugoslavos, aunque consultan con especialistas occidentales y del Este- reconociera ayer que todos los esfuerzos de la ciencia están fracasando ante el deterioro progresivo y encadenado de casi todas las funciones vitales del mariscal.El parte médico emitido ayer a mediodía informó que, «a pesar del tratamiento intensivo que se aplica» (nunca se ha explicado en qué consiste), la neumonía no desaparece. Las irregularidades en el ritmo cardiaco del enfermo son cada vez más frecuentes. Los signos más frecuentes de debilidad del corazón continúan. Su estado general es grave y el fallecimiento del anciano presidente Tito puede producirse en cualquier momento.

El último parte, el más negativo desde que comenzó la fase aguda de la crisis, hace dieciocho días, deja entrever que todos los esfuerzos de la ciencia son ya prácticamente inútiles y parece preparar a la opinión pública para un fatal desenlace.

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La enfermedad de Tito es irreversible

(Viene de primera página)

Las últimas noticias han provocado una relativa sorpresa en Belgrado -abandonada ya por un buen número de periodistas-, después de una larga serie de comunicados médicos neutros que hicieron pensar en la posibilidad de mantener durante algún tiempo la vida de Tito.

Los médicos no mencionan esta vez los problemas renales que han obligado a someter a Tito a la hemodiálisis (riñón artificial). Cuando se reconoció hace días que este tratamiento tenía «éxito y había logrado mantener la función renal, fuentes médicas en Belgrado hablaron de un posible mantenimiento del enfermo como inválido crónico. Esta suposición se basaba en la creencia de que Tito no tenía problemas cardiacos, y los que le fueron detectados hace más de dos semanas no estaban, en todo caso, relacionados directamente con el fallo de los riñones.

El parte de ayer confirma la irreversibilidad de la enfermedad de Tito. Todas las medidas adoptadas para evitarla acaban produciendo efectos negativos en otros órganos del paciente. Sólo su impresionante vigor físico, a pesar de sus 87 años, y los avances de la medicina moderna explican que el padre de Yugoslavia haya podido aguantar una agonía que dura ya más que la de Franco.

No se observan preparativos especiales para el momento del anuncio y horas posteriores a su muerte. A todos los niveles, todo está listo, y los yugoslavos están psicológicamente preparados para escuchar la noticia más importante de los últimos 35 años. La primera enfermedad, en enero, y la recaída de este mes, han sido dos ensayos generales realizados con éxito.

En los aeropuertos yugoslavos se han reforzado las medidas de vigilancia y los pasajeros de las líneas aéreas nacionales (JAT) deben identificar en la pista sus equipajes antes de subir al avión. La posibilidad de un atentado con explosivos o un secuestro aéreo -dos métodos que ya fueron utilizados por los terroristas ustachis croatas- preocupa a las autoridades en este momento de la transición.

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