George Bush, un republicano "duro", aspirante a la presidencia norteamericana
«América descubre un líder, George Bush», dice la propaganda del candidato duro del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos. Firmeza que Bush demostró, una vez más, al rechazar en un debate televisado la presencia de los restantes candidatos de su partido, los senadores John Anderson, Floward Baker, Robert Dole y Phil Crane. Sólo aceptó, como estaba inicialmente previsto, un debate «cara a cara» con su más serio rival, el ex gobernador de California, Ronald Reagan. Organizado por el diario local Nashua Telegraph, pero pagado por el candidato Reagan.
El debate sólo tuvo de picante la escena de negativa de Bush de polemizar con todos los demás candidatos. Un gesto público que, según los observadores, puede restarle votos en la importante elección primaria que se celebra hoy en el estado de New Hampshire.Unas 2.500 personas y decenas de fotógrafos y cámaras de televisión convirtieron el debate republicano Reagan-Bush en un acontecimiento nacional. En realidad, se demostró que se afrontan dos estilos en las pretensiones republicanas hacia la presidencia.
Son dos personalidades muy diferentes entre sí: el veterano líder político Ronald Reagan, de 69 años, voz pausada, ausencia de gestos, moderado, mientras George Bush, de 54 años, es impulsivo, con una voz firme, dedo amenazador que promete una política «seria» para que EEUU recupere su prestigio.
Entre ambos candidatos sólo varía esencialmente el tono. Los dos consideran escaso el aumento de 25 % del gasto militar presentado por el presidente Jimmy Carter. Proponen solucionar el grave aumento de la inflación (superior al 18% en 1980, si continúa la actual tendencia). Excluyen todo intento de crear un sistema de seguridad social en EEUU. Se niegan a «controlar» parte de los superbeneficios de las multinacionales del petróleo. «Sólo contribuiría a estimular la inflación», dijo Bush, quien, no en vano, creó su fortuna montando explotaciones de petróleo en el golfo de México.
A Bush le gusta recordar que «soy un hombre de negocios», para convencer al elector que es el candidato indicado para «salvar un Estados Unidos en crisis política y económica». Bush, como Reagan, critican la «debilidad» de Carter frente a los rusos. Denuncian la «humillación» a Estados Unidos por parte del ayatollah Jomeini, que sigue reteniendo a los cincuenta rehenes norteamericanos en Teherán.
Bush recuerda su experiencia en temas internacionales cuando, durante la presidencia de Richard Nixon, fue embajador en la ONU. Tras la debâcle del Watergate, el presidente Gerald Ford le envió como primer representante de EEUU a Pekín. Volvió a Washington, en 1976, para dirigir la CIA (Central de Inteligencia Americana), capítulo que, no sin razón, Bush presenta como «una experiencia en relaciones internacionales ».
Unico punto respecto a Bush que, paradójicamente, parece molestar a los electores conservadores de New Hampshire es su pertenencia a la Trilateral, cargo del que Bush dimitió recientemente por motivos electorales. En New Hampshire temen que la Trilateral, formada por eminencias de los negocios y la política de América del Norte, Europa occidental y Japón para «reflexionar» sobre el futuro y el respeto del sistema capitalista, pueda influir sobre el Gobierno de Estados Unidos. Olvidan, al parecer, que fue el banquero David Rockefeller quien la creó.
Con Trilateral o sin ella, con los métodos de eficacia aprendidos en su época de director de la CIA -según dicen sus detractores-, George Bush podría convertirse en el candidato ideal de los republicanos. Sobre todo en unos momentos en que la sociedad estadounidense, acostumbrada al bienestar y a la imagen exterior de solidez, ve tambalear sus «valores» con el espectacular aumento de precios y con casos tan inéditos como el de cincuenta ciudadanos de EEUU secuestrados, desde el pasado 4 de noviembre, en la embajada de un país ex aliado, Irán, o la invasión directa de tropas soviéticas en un país «no alineado» como era Afganistán.
«Seré presidente», gritó Bush, con el puño cerrado, frente al auditorio reunido en la Nashua Senior High School, donde se celebró el debate. Reagan, con humor, le ofreció «la vicepresidencia », porque necesitará, dijo, «un hombre eficaz para el cargo».
Sondeos discrepantes
La elección primaria de New Hampshire dará una seria indicación de si el electorado republicano prefiere a Bush o a Reagan. Los sondeos discrepan. Según el realizado por el diario Boston Globe, Bush obtendrá el 35% de votos y Reagan el 34%. Por el contrario, el diario New Hampshire Sunday News da ventaja a Reagan con el 40% y para Bush el 35 %, seguido de Baker con el 11 %, entre las preferencias de los votantes republicanos o independientes para el candidato que en noviembre próximo deberá intentar desbancar a los demócratas de la Casa Blanca, ya sea el actual presidente Jimmy Carter o el senador Edward Kennedy, que también aspira a la presidencia de EEUU. En el campo demócrata, New Hampshire da ventaja a Carter, con el 54%, y relega a Kennedy, con 32%.
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