Precaria ocupación de las embajadas belga y danesa en México

Los grupos de izquierdistas que ocuparon el lunes las embajadas de Bélgica y Dinamarca se habían convertido ayer tarde, paradójicamente, en los verdaderos encerrados del episodio.Tanto en la embajada danesa como en la belga, los ocupantes se encuentran poco menos que prisioneros, con poco espacio para moverse entre la puerta de las respectivas sedes, encerrados entre las oficinas interiores y la puerta de salida.

En la sede belga, por ejemplo, los ocho ocupantes se mueven en dos habitaciones. Pero el baño queda fuera de ellas y para cualquiera de sus necesidades deben pedir permiso a los agentes de seguridad que se encuentran en las escaleras.

En la embajada danesa, el espacio aún es menor: el recibidor nada más.

Los campesinos, obreros y colonos del Frente Nacional Democrático Popular y del Comité Nacional Independiente pro Presos, Perseguidos y Desaparecidos Políticos son, sin embargo, el obstáculo entre los diplomáticos y empleados y la salida. En las dos embajadas, siete en la belga y otros tantos en la danesa, diplomáticos y empleados de las mismas se encerraron en las habitaciones interiores. Los ocupantes afirmaron que no tomaron rehenes y que quienes están ahí pueden salir cuando lo deseen. Pero en ambos casos los contactos son relativamente pocos y apenas los necesarios,

Las autoridades mexicanas indicaron que no habrá intervención policial, a menos que así lo pidan los propios diplomáticos. Los ocupantes piden, entre otras cosas, la liberación de 113 presos políticos y de 623 desaparecidos o secuestrados, en poder, según ellos, de órganos gubernamentales de seguridad.

Al parecer, ninguno de los grupos ocupantes está preparado para una larga estancia en las embajadas y hubo uno que se quejó a los periodistas de que no había comido desde la noche del domingo.