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Juicio por la matanza de Atocha

Jiménez Caravaca y Gloria Herguedas también se desdicen de sus primeras declaraciones

La segunda jornada de la vista oral y pública del juicio sobre la matanza del despacho laboralista de la calle de Atocha, 55, de Madrid, se inició con el interrogatorio de los procesados Gloria Herguedas y Leocadio Jiménez Caravaca, acusados, la primera, de encubridora, y el segundo, de haber entregado a Garcia Juliá la pistola Super Star número 562.301 con la que disparó sobre los abogados. Continuó la vista con la prueba pericial médica de los forenses que realizaron la autopsia de las víctimas y la pericial psiquiátrica sobre el estado psíquico de los procesados. En la primera jornada fueron interrogados José Fernández Cerrá (por la mañana) y Carlos Garcia Juliá y Francisco Albaladejo (por la tarde), autores materiales los dos primeros de los disparos que acabaron con la vida de las cinco víctimas e hirieron gravísimamente a otras cuatro personas, y presunto instigador de la masacre, el segundo.

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La expectación ante la segunda jornada del juicio de Atocha fue igual, si no mayor, que el primer día, y desde las primeras horas de la manaña una larga cola de personas de distinta tendencia política esperaron a las puertas del Palacio de Justicia madrileño el momento de entrar en la sala de audiencia. Algunas de las personas indicaron que habían permanecido en la calle toda la noche, con la intención de poder entrar en la reducida sala de audiencia, aunque ésta es una de las más espaciosas del Palacio de Justicia.Las inmediaciones del Palacio de Justicia estaban vigiladas por fuerzas de la Policía Nacional -al igual que el primer día de juicio- y no se registraron incidentes dignos de mención, salvo algunos gritos aislados de algunos jóvenes ultraderechistas pidiendo libertad para los cinco procesados por el caso Atocha.

Durante el juicio, sin embargo se produjo un pequeño incidente, protagonizado, como ocurrió el día anterior, por jóvenes de extrema derecha, que aplaudieron con fuerza cuando el procesado Leocadio Jiménez Caravaca manifestó, mientras era interrogado por el abogado de la acusación particular, Jaime Miralles, que «el instigador de la matanza de Atocha había sido el Partido Comunista de España». El presidente del tribunal, que está llevando el juicio con gran autoridad, dominio de la situación y sentido jurídico, ordenó la inmediata expulsión de las personas que habían aplaudido y anunció que, si se producían nuevos aplausos, serían detenidos los autores de los mismos.

Gloria Herguedas:

«No recuerdo»

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El interrogatorio de la procesada Gloria Herguedas, iniciado por el ministerio fiscal, fue continuado por los abogados de la acusación particular y finalizó con la intervención de los abogados defensores. A preguntas del fiscal, la procesada explicó su relación con José Fernández Cerrá en los siguientes términos: «Me siento moralmente su esposa y pienso casarme con él cuando finalice el proceso de separación con su mujer.» Afirmó también Gloria Herguedas que conoció a los restantes procesados a través de Fernández Cerrá y que nunca oyó el nombre de Joaquín Navarro.

-¿Cómo se enteró de lo que había ocurrido en la calle de Atocha durante la noche del 24 de enero de 1977?

-Me enteré de ello al día siguiente, por la prensa.

-¿Y cuándo relacionó usted a algunos de los procesados con Io sucedido en la calle de Atocha?

-Carlos Juliá me contó algo, pero José Fernández Cerrá lo desmintió.

-¿Le explicó Fernández Cerrá por qué se iba a Almería?

-No. Yo sabía que estaba mal de dinero y le dí 5.000 pesetas. Más tarde yo también me trasladé a Al mería, junto con García Juliá, con la idea de hablar con Pepe (Fernández Cerrá) y que se aclarara su situación.

Los abogados de la acusación particular centraron su interrogatorio en demostrar que Gloria Herguedas supo en seguida, concretamente el jueves siguiente al lunes día 24 de enero, en que se produjo la matanza, lo que había ocurrido en el despacho de Atocha, y que tuvo conocimiento de que en un bolso de viaje llevó a Almería, cuando en compañía de García Juliá marchó a esta ciudad, el 11 de marzo, un día antes de ser detenidos, la pistola Super Star número 562.301 que le entregó García Juliá con el propósito de ocultarla, así como varias cajas de cartuchos.

-Me enteré de que llevaba en la bolsa de viaje todo ese material en la Dirección General de Seguridad, cuando estaba detenida», contestó la procesada a preguntas del letrado José María Mohedano.

-¿Y también se enteró en ese momento de que llevaba una porra de acero, con bolas de plomo en cada una de sus puntas?

-De esto me enteré en Almería.

-¿No es más cierto que todo ese material lo intervino la policía cuando fue detenida usted en Almería, y así consta en el correspondiente documento policial?

-No.

-¿Entonces, qué es más cierto, lo que usted declara ahora o lo que la policía declara documentalmente?

-Se han expresado mal los funcionarios de policía.

Jaime Miralles, por su parte, abogado también de la acusación particular, centró sus preguntas sobre la amistad de José Fernández Cerrá con los policías González Gay y González Pacheco, conocido como Billy el Niño. La procesada afirma que sabe que Cerrá tenía amistad con González Gay, pero no puede afirmar lo mismo respec to a González Pacheco. Miralles pidió que se diera lectura de la declaración de la procesada en el sumario, en donde dice que sabe que Cerrá «tiene dos amigos: González Gay y otro cuyo nombre no recuerdo, pero al que se le llama Billy el Niño. Cristina Almeida preguntó a la procesada si se enteró de lo de Atocha a los dos días de que sucediera como tiene declarado en el sumario, a lo que aquélla respondió que «no lo sé». La procesada también imputó a nerviosismo y a mala interpretación haber declarado en su día en el sumario que la pistola Super Star se la entregó García Juliá el día anterior al del viaje a Almería, así como los paquetes de cartuchos.

-Usted declaró en el sumario que el jueves o el viernes de la semana en que se cometió el atentado, García Juliá le informó de lo que , había sucedido, ¿no?, le preguntó el abogado José Bono.

-No recuerdo.

El citado abogado solicitó que se leyera«el correspondiente folio del sumarlo, en el que la procesada afirma que «el martes salieron juntos (se refiere a Cerrá), y el jueves fue García Jullá quien la enteró de lo que había sucedido en Atocha».

-¿También le dijo García Juliá que se le había escapado un tiro en aquella ocasión?

-Sí, lo recuerdo. Ratifico la declaración que hice en este sentido. En aquella ocasión tenía las ideas más claras que ahora.

-¿Usted también declaró que la pistola Super Star se encontró en su poder?

-No es correcto esto. Dije que estaba en mi bolso.

Ironía del presidente

El interrogatorio de la procesada por parte del abogado defensor Rafael González Frías, encaminado sin disimulo a que aquella declarase que Fernández Cerrá estaba arrepentido y que no pudo dormir al enterarse que las víctimas eran abogados, hizo exclamar con cierta ironía al presidente del tribunal: «Bueno, ya lo ha conseguido usted. »

Una referencia de la defensa a una presunta falta de espontaneidad de la procesada cuando declaró en el sumario por la presencia de los abogados de la acusación particular fue cortada en seco por el presidente del tribunal, quien buscó una salida a la situación creada, afirmando que pensaba que no se habría querido decir que «la presencia de abogados en una declaración ante el juez, sean de la defensa o de la acusación particular, coartaba o coaccionaba a la declarante».

Caravaca: intenso interrogatorio sobre las armas

Leocadio Jiménez Caravaca, tras ser preguntado por el ministerio fiscal sobre su amistad con los procesados («con el que tenía más amistad era con Fernández Palacios -fallecido-, ya que tuvimos el honor de luchar juntos contra el comunismo en Rusia», dijo levantando la voz al pronunciar el último párrafo), fue sometido por José María Mohedano a un intenso interrogatorio sobre las armas que entregó a mediados de 1976 a García Juliá, entre ellas la pistola Super Star número 562.301 con la que éste disparó.

-¿Cuál fue el origen de las tres pistolas que usted dice que vendió a García Juliá por 16.000 pesetas y de la pistola Star, nueve milímetros corto, que le intervino la policía cuando fue detenido?

-Me las entregó un amigo mío, llamado Alfonso Moreno. Me dijo que las había recogido entre el material de deshecho de los americanos de la base de Torrejón de Ardoz.

-¿Por qué esta declaración es contradictoria con la que realizó usted en el sumario, en la que decía que la pistola Super Star provenía de La Maestranza?

-Bueno, en aquel momento yo no quería complicar a Alfonso Moreno. (En ese momento interviene el presidente del tribunal y pregunta al procesado que si lo que pretendía era no complicar a su amigo, ¿por qué dijo que una de las pistolas provenía de La Maestranza y las otras tres se las entregó su amigo?).

El letrado José Mohedano insiste en la importancia de investigar el origen y las características de la

(Pasa apágina 10)

Origen de la pistola que utilizó García Juliá

(Viene de página 9)pistola Super Star, a la que se le puede colocar un cañón del nueve largo o un cañón del nueve Parabellum. (La Super Star empleada en la calle de Atocha llevaba un cañón del nueve Parabellum). Leocadio Jiménez Caravaca afirma que la Super Star que entregó a García Juliá tenía cañón del nueve largo, porque en aquellas fechas este tipo de pistola salía de fábrica con este cañón.

-¿Pero oyó usted a algunos de los procesados, cuando estuvo detenido con ellos, que se hubiera cambiado el cañón del nueve largo por el del nueve Parabellum?

-No. (El abogado de la acusación particular pide que se lea al declaración del procesado en el sumario, en la que afirma «que había oído decir en la prisión que García Juliá había variado el cañín nueve largo por el del nueve Parabellum»).,

-No lo niego, yo lo oi, confirma Jiménez Caravaca.

-¿Le parece a usted una actividad normal vender tres armas a un joven de diecinueve años?, continuó con el interrogatorio la letrada de la acusación y concejala del Ayuntamiento de Madrid, Cristina Almeida.

-Me parece más normal que vender el Libro rojo del cole, contestó con impertinencia el procesado, lo que fue aprovechado por el presidente del tribunal para advertirle por última vez que contestase ,de forma adecuada y correcta.

El letrado de la acusación particular Jaime Sartorius interrogó a Jiménez Caravaca sobre sus abundantes antecedentes policiales y penales, y José Bono le preguntó sobre su militancia política. «Sí, pertenezco a FE de las JONS», respondió. El letrado José Luis Núñez Casal preguntó al procesado si tenía elementos de juicio para mantener, como declaró a un periódico, que «los procesados de Atocha actuaron impulsados por un sentimiento patriótico contra el oso comunista». Leocadio Jiménez Caravaca contestó: «Sí, tengo elementos de juicio para mantener esa declaración.»

No sabía que las armas iban a ser usadas

-¿Tenía idea usted que las armas que entregó a García Juliá iban a ser empleadas en acciones violentas?, preguntó su abogado a Jiménez Caravaca.

-No, por supuesto.

-¿Ha recibido anónimos de las fuerzas políticas opuestas a su ideología?

-Sí. muchos. Ahora mismo llevo en el bolsillo cuatro o cinco. (Jiménez Caravaca saca del bolsillo de su chaqueta cuatro o cinco papeles y su abogado pide al tribunal que se aporten como prueba testifical al sumario. El presidente estima la petición del abogado, subrayando que con anterioridad aceptó también la petición de la acusación particular en un supuesto parecido).

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