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Fracasa el tratamiento de diálisis a que está sometido el anciano presidente yugoslavo

Francisco G. Basterra

Continúa deteriorándose el estado de salud del presidente yugoslavo, Tito, y sus médicos reconocieron ayer el fracaso del tratamiento al que someten al anciano mariscal, la diálisis de riñón. Después de anunciar el viernes que se había logrado controlar la crisis, el parte médico emitido ayer a mediodía afirmaba textualmente: «El estado del presidente continúa siendo grave. La función renal se ha debilitado considerablemente. Continúa el tratamiendo médico intensivo.»

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El único dato que ofrece este comunicado es muy negativo, ya que hace pensar en una degradación irreversible de los riñones, que, al no cumplir su función, producen, a plazo fijo, la muerte inevitable del enfermo. Desde hace dos días no se habla para nada del corazón de Tito, que sufrió esta semana paros cardiacos intermitentes, pero cuyo ritmo normal parecen haber controlado los doctores del hospital de Liubliana.El pesimismo parece haber dejado paso a la resignación en los medios oficiales de Belgrado, preocupados por encima de todo en demostrar que el Estado continúa funcionando con normalidad. A pesar de que todo hace pensar que Tito está sumido en un estado semiinconsciente, literalmente enchufado a los aparatos de recuperación, la agencia oficial yugoslava Tanjug anunció ayer la visita al ilustre enfermo de cuatro altos dirigentes.

No precisó Tanjug si el presidente vitalicio del país pudo transmitir algún mensaje o consigna a sus subordinados. Sólo se sabe que los miembros de la presidencia colectiva dela República, Serfgei Kreighner (representante en este organismo de la república de Eslovenla) y Fadijl Hozda (representante de la región autónoma de Kosovo), junto con Stane Dolanc y Branko Mikulic, ambos de la presidencia del Comité Central de la Liga de los Comunistas, acudieron a la habitación de Tito. Oficialmente, para expresarle el saludo del pueblo yugoslavo y sus mejores deseos para una pronta recuperación.

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Se puede anotar como dato curioso la aparición, por primera vez en esta enfermedad, de Stane Dolanc, un esloveno de 55 años, del que hasta hace dos años se pensó que tenía la talla y había sido escogido por el propio Tito como su «delfín». Pero este hábil organizador perdió de la noche a la mañana su puesto de secretario general de la Liga de los Comunistas, para pasar al olvido político.

También se ha informado que el pasado jueves Tito fue visitado en el hospital por Lazare Kolisevski, presidente en funciones, y Stevan Dioronski, presidente interino de la Liga de los Comunistas. Ambas personalidades tienen ahora en sus manos las riendas del país.

La Administración yugoslava continúa preparándolo todo para la hora final. Sé han instalado más líneas de télex y de teléfono para los periodistas. En Liubliana se ha abierto un segundo centro de prensa, y los mejores hoteles de Belgrado están listos para recibir a los máximos dirigentes de la política mundial.

Se han detectado, por otra parte, unas obras aceleradas ante el Museo 25 de Mayo, dedicado al presidente. Cuadrillas de obreros, que trabajan incluso de noche, están asfaltando la zona y adecentándola. Se piensa que allí podría celebrarse alguno de los actos funerales. El control sobre los periodistas se ha redoblado.

Un fotógrafo francés y dos periodistas de una cadena de televisión brasileña fueron retenidos ayer tarde dos horas en comisaría, después de filmar unos planos ante el Museo 25 de Mayo. Otro periodista de la radio suiza tuvo que declarar ante la policía por hacer unas entrevistas en la calle. Estos dos incidentes reflejan el control de los mínimos detalles que ejercen en estos momentos las autoridades. Como anécdota final se puede decir que un ejemplar del diario EL PAIS del viernes fue retirado por la policia en la aduana del aeropuerto de Belgrado a un compañero de Radio Nacional. La requisa del periódico se produjo, seguramente por ignorancia, cuando el agente vio en la página tercera una fotografía de Tito con Carter.

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