El canciller Schmidt se siente "incómodo" por la actitud de Estados Unidos
El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Schmidt, se siente molesto -«absolutamente incómodo», según sus palabras- por la actitud de Estados Unidos respecto de sus aliados europeos en relación con la crisis de Afganistán. El canciller lo dijo claramente el pasado martes, según se ha sabido ahora, ante la fracción socialdemócrata del Bundestag (Cámara baja). La declaración del jefe del Gobierno se ha mantenido secreta por expreso deseo de Schmidt, hasta que ayer trascendió a través de las páginas de un diario local, el Neue Westfaelische, de Bielefeld. Diputados de la citada fracción confirmaron con posterioridad que el canciller había hablado en estos términos, e incluso añadieron nuevos detalles. Helmut Schmidt había dicho también que «resulta penoso enterarse por la prensa de que el presidente Carter ha revelado a los periodistas tomas de postura que, previamente, había acordado con nosotros mantener secretas». Estas observaciones se refieren, fundamentalmente, a la tan traída y llevada conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de los «cinco grandes» de Occidente, prevista para los días 20 ó 21 y 22 próximos, que no se celebrará por «indiscreciones» hasta ahora no concretadas. Helmut Schmidt aludió en su comunicación a los diputados a una «falta de disponibilidad de Estados Unidos a dialogar con sus aliados», e insistió en que la cooperación europea con Washington «depende de la disposición de Estados Unidos para celebrar con sus aliados las oportunas consultas» antes de ponerles ante los hechos consumados.El canciller recomendó a los diputados de su fracción que se atengan a lo especificado en los seis puntos de la última declaración germano-francesa.
El largo silencio del jefe del Gobierno de Bonn, tan recriminado estratégicamente por la oposición democristiana, podría quebrarse definitivamente si durante su visita a Bruselas, iniciada ayer tarde, logra el respaldo de Bélgica para su tesis dilatoria respecto de un respaldo al «espiritu Carter». Poco antes de salir hacia el vecino país, Schmidt declaró a la televisión belga que «dado que las grandes potencias parecen empeñadas en actuar según su propio arbitrio, se impone una gran prudencia en la política de los países menores».
La posición alemana fue expuesta con detalles por el ex canciller Willy Brandt, en un articulo publicado ayer en Le Soir.
El ex canciller afirma rotundamente que Europa debe ser solidaria con Estados Unidos, pero que la solidaridad no consiste en repetir «lo que dicen los buenos amigos». La RFA tiene derecho a defender sus legítimos intereses en el marco de la OTAN, sin perder de vista que sería uno de los países más perjudicados por un renacimiento de la «guerra fría». Hay que salvaguardar «el activo» de la distensión, añade, y buscar, fundamentalmente, la estabilidad en Europa, intentando en todo caso extender la estabilidad a otras zonas. La mejor forma, señala, es ayudar a la independencia política y económica de los países del Tercer Mundo. Por ello, el señor Brandt concede una gran importancia al diálogo países ricos-países pobres.
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