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Los directores de los centros escolares serán nombrados por la Administración

Dos únicos artículos, los relativos a la designación y funciones del director y a la composición y competencias del consejo de dirección, ocuparon ayer casi toda la sesión de la Comisión de Educación del Congreso, en la que los debates adquirieron en ocasiones un tono bastante agrio. Por primera vez, desde que comenzó la discusión del proyecto de ley que regula el Estatuto de Centros, el presidente de la Comisión, el diputado centrista José Luis Alvarez, tuvo que apelar a la moderación y recomendar a los parlamentarios que evitasen la utilización de expresiones ofensivas.

El artículo 25, en el que se establece que el director será nombrado entre profesores numerarios de los respectivos niveles académicos, fue aprobado con los votos de UCD, CD, Minoría Catalana y Grupo Mixto, y la oposición de los grupos Socialista y Comunista, cuyas enmiendas fueron derrotadas por aquellos mismos votos.Antonio Rodríguez, por el Grupo Socialista, y Eulalia Vintró, por el Comunista, defendieron el principio de elección, como más acorde con el contexto de sociedad democrática para la que debe educar la escuela. El portavoz socialista acusó al proyecto gubernamental de «institucionalizar la escala jerárquica en el profesorado, introducir un permanente foco de tensiones y ser regresivo con respecto a la realidad actual y a la propia ley General de Educación».

Por su parte, Eulalia Vintró echó de menos la, referencia al estatuto del profesorado, tal y como se contemplaba en el proyecto primitivo, redactado por el ministro Cavero, y lamentó la desconfianza que hacia el profesorado supone el hecho de que, pese a que se le encomiende una tarea tan trascendental, cual es la educación del niño, no se le crea con la capacidad suficiente para intervenir en la elección del director. La diputada comunista terminó la defensa de sus enmiendas y de su oposición al dictamen de la ponencia, advirtiendo a UCD sobre la responsabilidad en que este partido incurría al asumir la posible provocación de «una vida no pacífica» en los centros. Aclaró, a este respecto, que no se trataba de estimular ningún tipo de campaña, sino de hacerse eco de una opinión muy generalizada entre los claustros, que han dado muchas muestras de su oposición a este artículo.

El diputado centrista José García Pérez, en defensa del texto de la ponencia, acusó a los partidos de la oposición de estar más preocupados por el problema de la elección que por el de la calidad de la función directiva. Recordó cómo los criterios de mérito y capacidad, a los que hace referencia el artículo, están recogidos expresamente en la Constitución, al referirse al acceso a la función pública, y puso especial énfasis en señalar que en la mayor parte de los países europeos, el director no es elegido, sino nombrado directamente por la Administración.

El debate sobre el artículo 28 se inició con una durísima crítica al texto de la ponencia por parte del diputado socialista Angel Franco, que hizo extensiva a las intenciones del partido del Gobierno, con la alianza de toda la derecha, del cual dijo que pretende el «control de las conciencias». Calificó la postura centrista de «irresponsabilidad y conspiración, con la intención, tal vez», dijo, «de preservar la reserva espiritual de Occidente».

La intervención de Ángel Franco coincidió con la ausencia momentánea del presidente de la comisión, José Luis Álvarez, quien se reincorporó a la mesa presidencial en el momento en que el diputado centrista García Pérez replicaba al portavoz socialista invocando el refrán «A palabras necias oídos sordos». Palabras que retiró formalmente, a petición del presidente de la Comisión, que hizo una llamada a la moderación de todos.

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Las numerosas enmiendas presentadas a este artículo por la diputada comunista Eulalia Vintró, que pretendían, fundamentalmente, la representación paritaria de todos los estamentos escolares en el consejo de dirección, fueron rechazadas una a una por los votos contrarios de UCD, CD, Minoría Catalana y Grupo Mixto.

También fueron rechazadas las enmiendas del Grupo Socialista y, por el contrario, se aprobaron las presentadas in voce por el grupo centrista, a cuya propuesta se incluyó la presencia en el consejo de dirección de los centros de EGB de dos alumnos elegidos por los delegados y una frase, que, a juicio de los socialistas, resucitaba la intención de introducir el ideario. La frase atribuía al consejo de dirección la competencia de «definir los principios y objetivos educativos generales a los que habrá de atenerse toda la actividad del centro.

La supresión de la alusión a las autoridades competentes, a petición de María Rubies, de Minoría Catalana, tranquilizó los temores de los socialistas, quienes, de todos modos, denunciaron el hecho de que se esté utilizando con demasiada frecuencia, por parte del grupo centrista, la «trampa» de exponer enmiendas in voce, que afectan a aspectos importantes, cuando ya se ha agotado el turno de defensa o rechazo del informe de la ponencia.

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