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La dirección de Ensidesa eleva su oferta salarial al 8%

Los trabajadores de Ensidesa volvieron a la normalidad laboral después de nueve días de huelga, convocada como rechazo a la primera oferta salarial de un 4% de incremento en 1980 y un 7% en 1981, elevada posteriormente a un 8% para los dos años y sin la exigencia de contrapartidas en la producción como pretendía una propuesta intermedia, consistente en un 7% para 1980 condicionado a una producción de Ensidesa de 4.883.683 toneladas de acero.Durante los nueve días de huelga se han perdido más de 3.000 millones de pesetas de facturación. Un destacado dirigente ugetista reconoció en privado el error de haber planteado un paro tan largo que como forma de presión no mejorará los resultados de una huelga de 48 horas. No parece probable, por tanto, que la central socialista apoye, como lo hizo en esta ocasión, una nueva huelga en Ensidesa, de similar duración a la que acaba de terminar y que Comisiones Obreras intenta hacer coincidir con las de Altos Hornos de Vizcaya y Altos Hornos del Mediterráneo (véase EL PAÍS de 26-1-1980).

Aunque el rechazo de la oferta del 4% fue generalizado entre los trabajadores, ha podido advertirse un cierto malestar por la excesiva duración del paro, que reducirá considerablemente sus ingresos correspondientes a este mes, debido al descenso de la producción.

La dirección ha reiterado a los trabajadores que la supervivencia de Ensidesa sólo estará garantizada cuando la política de gestión esté apoyada por la reducción de costos y el incremento de la productividad. José María Lucla, consejero delegado de la Empresa nacional Siderúrgica, manifestó en una rueda de prensa, celebrada en Oviedo, que el 8% de incremento salarial constituye el límite de las posibilidades de Ensidesa, cuyas pérdidas en los últimos cinco años ascendieron a 30.000 millones de pesetas. Para salvar la grave crisis que atraviesa, esta sociedad necesita una inyección en su estructura financiera de 80.000 millones de pesetas, además de 20.000 millones de pesetas para salvar la tesorería. Por otra parte, hacen falta 60.000 millones de pesetas para crear nuevas instalaciones y modernizar las existentes. Según el señor Lucía, el Estado podría aportar 35.000 millones de pesetas para hacer frente a parte de las inversiones, pero el resto debe salir de la producción de la empresa.

Desde 1974, el coste de personal creció ostensiblemente sin guardar relación alguna con la facturación, según el informe presentado por la dirección a los representantes de los trabajadores. Este hecho, unido al mayor volumen de la deuda y al encarecimiento del dinero han conducido a Ensidesa a una situación muy difícil. El plan de reestructuración propuesto pretende conseguir una empresa competitiva y rentable con una generación bruta de fondos, igual o superior al 15% de la facturación y un coste total del personal igual o inferior al 20% de la facturación.

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