"Jordi Dandin", nuevo montaje del Teatre Lliure

El Teatre Lliure presenta en la sala Escalante, durante esta semana, dos de sus últimos montajes: Abraham i Samuel, de Víctor Haim, y Jordi Dandin, representada por la compañía de Molière en 1668, en la corte real francesa. Esta es la segunda ocasión que esta cooperativa viaja fuera de Cataluña después del conjunto de representaciones programado por el Centro Dramático Nacional en Madrid a principio de temporada.

El Dandin es un texto muy peculiar que arranca directamente del teatro de la comedia del arte italiana, más fácil de asimilar por nuestra cultura que las obras versallescas de Moliere », comenta su director, Fabiá Puigserver. «La elección de esta obra responde a la continua búsqueda de nuevos lenguajes teatrales, que nos planteamos en nuestro trabajo del Lliure. Se trata de ver hasta qué punto somos capaces de rescatar a Moliere rompiendo el mito de su inaccesibilidad al adaptar a nuestra época, a nuestro país, no los personajes concretos, sino el conflicto y el sustrato del problema social que plantean.»La obra del dramaturgo francés, que estará en cartel los días 14, 15 y 16, va dirigida a desenmascarar las contradicciones de un campesino enriquecido que entra en conflicto con su estamento social al casarse con una burguesa. «Hombre dividido y escindido, presenta en su testimonio el error de una clase que se ha traicionado a sí misma: la burguesía fascinada por el feudalismo.» En cuanto a Abraham i Samuel, estrenada por el Lliure en noviembre de 1978, que será hoy puesta en escena en la sala Escalante, plantea las relaciones entre nacionalismo y lucha de clases a través de las incidencias de dos judíos, patrono y obrero, sometidos a la disyuntiva de elegir entre la solidaridad de clases o la solidaridad de raza.

«La experiencia del Teatre Lliure», señala uno de sus directores, Lluis Pasqual, «nos ha salido bien porque el público ha respondido. Llenamos un vacío que existía en el panorama teatral después de la euforia del teatro independiente hace cinco años. Pero nos encontramos ahora inmersos en un grave momento de crecimiento, de salida desconocida, aunque tengamos claro que debemos aceptar trabajar con cierta infraestructura deficitaria.»