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El domingo, en Maine, segundo enfrentamiento electoral entre Carter y Kennedy

El estado de Maine, en el noreste de Estados Unidos, vivirá mañana domingo la segunda confrontación preelectoral en la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos. Después del estado de Iowa, donde ganó por amplia mayoría el actual presidente, Jimmy Carter, los electores del estado fronterizo con Canadá deberán nombrar a los compromisarios que representarán a Maine en las futuras convenciones nacionales que designarán a los candidatos a la Casa Blanca, por parte de los partidos demócrata y republicano.

Las «caucus» de Maine (elecciones para compromisarios) representan un nuevo test de capital importancia para el candidato demócrata a la presidencia, Edward Kennedy, que debería triunfar el domingo en Maine, y a finales de mes en las elecciones primarias, en el estado de New Hampshire, si quiere continuar en la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos, como candidato del Partido Demócrata.Entre los republicanos, la batalla en Maine deberá confirmar si George Bush, nueva revelación del Partido Republicano, cuenta con las preferencias del electorado sobre su más directo rival, el californiano Ronald Reagan. Los replicanos en bloque explotan el escándalo de los ocho senadores y congresistas implicados en el affaire de corrupción montado por agentes de la FBI que, haciéndose pasar por jeques árabes, distribuyeron miles de dólares para obtener los «favores» de la clase política norteamericana.

Sin embargo, no pueden apretar demasiado a los demócratas en este punto, dado que las «debilidades» de la clase política norteamericana no son patrimonio de un solo partido. También figura un congresista republicano entre los implicados en el escándalo, en vías de investigación judicial.

La lucha entre Carter y Kennedy dentro del clan demócrata sigue desequilibrada a favor del actual presidente. Los últimos sondeos le dan vencedor en Maine, confirmando la tendencia general en el conjunto de Estados Unidos, donde el 66% de los electores prefieren a Carter que a Kennedy, que sólo recoge el 24%.

Los elementos de política exterior (los cincuenta rehenes de la embajada de Estados Unidos en Irán y la invasión soviética en Afganistán) son factores clave para la popularidad de Carter. Ted Kennedy no pierde la esperanza y contraataca con firmeza, ridiculizando al presidente. Anoche, en un discurso electoral, Kennedy se mofó de Carter. Dijo que el presidente no aceptaba un debate televisado porque estaba muy ocupado en la Casa Blanca preparando «un documento vital para la seguridad de Estados Unidos». Simultáneamente, Kennedy mostró al público el anuario telefónico de la localidad de Portland, en Maine. Su agudeza y buen humor incrementaron las risas de los asistentes cuando, simulando un debate con Carter, conectó un magnetófono donde se oía una conferencia de prensa de Carter, pronunciada en 1978, que califica de «aberrante todo índice de inflación que superase el 9%».

Kennedy insistió en que todos los temas de política exterior son exagerados y que Carter somete al país a un ambiente de «histeria de guerra», desproporcionando la intervención soviética en Afganistán.

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Respecto a los rehenes de la embajada de Estados Unidos en Irán -cuya liberación se puede producir de un momento a otro- Kennedy atacó la postura de Jimmy Carter. Dijo que los rehenes podían estar liberados desde hace muchas semanas si Carter hubiese aceptado antes la formación de una comisión internacional que, bajo los auspicios de la ONU, investigue sobre los crímenes del ex sha de Irán.

Otro elemento que puede favorecer a Kennedy es el malestar entre la mayoría de mujeres por el proyecto de ley presentado por el actual presidente Carter, que obliga al registro en filas del Ejército a todos los jóvenes -hombres y mujeres- de edades comprendidas entre los dieciocho y los veintiséis años.

Hay que esperar el veredicto de los electores, el domingo en Maine y el 26 de este mes en New Hampshire, antes de poder valorar el impacto de los contraataques de Kennedy a Carter. Si no se consiguen los resultados esperados por el equipo electoral del hermano del ex presidente asesinado John Kennedy, Ted podría abandonar la batalla en favor de Carter.

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