Duras acusaciones de la CEOE contra Comisiones Obreras
No sin cierta contestación, aunque perfectamente asumida por la organización, la asamblea general de la CEOE aprobó ayer las dírectrices negociadoras para el ingreso en la misma de CEPYME, y se pronunció a favor del cumplimiento del acuerdo-marco interconfederal suscrito con UGT, y al que se adhirió USO.Al margen de estos temas, tan sólo el informe presentado por el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer, centró el interés de la asamblea. En la reunión mantenida con la prensa al término de la asamblea, tanto el secretario de relaciones laborales como el secretario general de la organización, insistieron en la bondad y eficacia del pacto suscrito con UGT, al que se estaría ajustando la negociación colectiva en curso, con el consiguiente retroceso en los índices de conflictividad que habitualmente ocasiona la negociación de los convenios.
En este sentido, José María Cuevas, secretario general de la CEOE, calificó de fascista la postura de CCOO, contraria a la firma de los convenios colectivos, al tiempo que denunció el clima de violencia en el que se mueven algunos miembros de la central socialista a la hora de combatir el acuerdo-marco.
Por su parte, Arturo Gil, secretario de relaciones laborales, señaló que «su importancia es más que inmediata, y los empresarios no deben ignorar que si el acuerdo-marco se respeta y la inflación no supera los niveles previstos, habrá dinero. Si, como consecuencia de la negociación colectiva, la inflación se dispara, además de otros factores que intervienen en el aumento de la inflación, el coste del dinero será más elevado y se reducirá consecuentemente ».
Ferrer, contra CCOO
La intervención de Ferrer Salat, en la que señaló que aún queda mucho camino por recorrer para conseguir el adecuado clima de ilusión y confianza para remontar la crisis, se centró en su aspecto laboral en torno a la viabilidad del acuerdo-marco.
Señaló que este acuerdo se ha convertido en el evidente protagonista de la negociación colectiva. «A pesar de las manifestaciones equívocas y tendenciosas del sindicato comunista, que se negó a asumir el compromiso de su firma, la opinión pública, los empresarios y los trabajadores conocen y sienten la eficacia de su contenido y el reafismo yjusticia de los compromisos asumidos. Y buena prueba de ello lo constituye el hecho de que las sistemáticas convocatorias de huelga o conflicto realizadas por el sindicato comunista son seguidas por reducidos contingentes de trabajadores, a base de emplear permanentemente en estas convocatorial-medios violentos y antidemocráticos, que vulneran, con absoluto desprecio, las reglas mínimas de la convivencia democrática, los derechos y las libertades de los trabajadores y de los empresarios.» «Los piquetes informativos, las amenazas, las asambleas con votaciones tumultuosas a mano alzada, y el ejercicio habitual del "matonismo sindical", son las prácticas más frecuentes que el sindicato comunista aporta en esta etapa, al peculiar y rechazable sistema de relaciones laborales que pretende -implantar desde la calle, afortunadamente con evidente fracaso», concluyó Ferrer Salat.
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