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Túnez implica a Libia en la organización del asalto armado contra Gafsa

Fuentes cercanas al Ministerio del Interior de Túnez afirmaron anoche disponer de elementos susceptibles de comprometer a Libia en los acontecimientos ocurridos en la madrugada del pasado domingo en la localidad tunecina de Gafsa, atacada por un grupo armado que, según la versión dada por la agencia oficial de prensa de Túnez (TAP), habría procedido de territorio argelino. Posteriormente se supo que los atacantes, entre 250 y trescientos, son tunecinos que residían en Libia. El número de muertos seria, al menos, de veinte.

Según la versión facilitada por la agencia TAP, en la noche del sábado al domingo pasado un grupo armado atravesó la fontera argelino-tunecina a la altura de la localidad de Biron Ali, situada en el suroeste de Túnez, en una región bastante escarpada, y, tras apoderarse de varios automóviles y secuestrar a sus ocupantes, llegó a Gafsa, a unos 350 kilómetros de la capital, escindiéndose entonces en tres comandos que atacaron simultáneamente el cuartel del Ejército, el de la gendarmería y el comisariado de policía.Los atacantes disponían de armas ligeras de varios orígenes, pese a lo cual pudieron ser rechazados en los tres puntos citados, aunque las escaramuzas duraron hasta inicios de la tarde del domingo, cuando, según TAP, la policía y el Ejército lograron dar muerte o capturar a la mayor parte de los atacantes.

Una parte de éstos pudo secuestrar entonces a un número no precisado de personas, entre las que se encontraban varias mujeres y niños, con los que intentó atrincherarse, pero fueron posteriormente nuetralizados. Las fuentes tunecinas hicieron saber que en el asalto a Gafsa había que deplorar muertos y heridos por ambas partes, sin que se sepa el número exacto de bajas.

La localidad continúa todavía aislada por completo del resto del país. Las comunicaciones telefónicas están interrumpidas y la policía ha establecido barricadas en todas las carreteras de acceso. El Gobierno tunecino no ha hecho, hasta el momento, ningún comentario oficial sobre los acontecimientos.

Al conocerse el incidente, los medios argelinos indicaron no haber detectado ninguna infiltración ni movimientos sospechoso en la región afectada y recordaron que en el pasado habían interceptado alijos de armas supuestamente destinadas a opositores al régimen de Burguiba.

Según los elementos comprobados en las primeras investigaciones hechas por el Ministerio del Interior de Túnez, el grupo de atacantes forma parte de un núcleo, integrado por más de mil personas, de nacionalidad tunecina, que estarían recibiendo entrenamiento militar en campos situados en territorio libio.

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Los organizadores de la operación hicieron coincidir esta con el segundo aniversario de la primera huelga general en la historia de Túnez, el día 26 de enero de 1978 cuando una manifestación organizada por la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT) fue dispersada violentamente por el Ejército.

La dispersión de esa manifestación ocasionó 51 muertos, según la cifras oficiales, y varios centenares según la UGTT.

El «jueves negro», calificativo con que los diversos medios de oposición denominan a los acontecimientos de 1978, ha suscitado un recrudecimiento de las actividades de las organizaciones opuestas al «burguibismo», como el Movimiento de Oposición Nacional (MON), dirigido por Ibrahim Tobal, el cual reside en Argelia. Tobal ha rechazado toda implicación en cualquier intento de emplear la violencia para posibilitar un cambio político en Túnez.

El dirigente del MON ha desmentido también que este grupo pueda estar relacionado con el denominado Frente Progresista de Liberación de Túnez, movimiento de tendencia nacionalista árabe, que actúa rodeado de un gran secreto, sin que se conozcan con precisión sus dirigentes, ni el origen de sus recursos financieros. En julio pasado, Tobal condenó la utilización del «frente por parte de Libia, y rechazó la tesis de una vinculación con Trípoli.

La «estupefacción y pesar» de Argelia se explican por las consecuencias imprevisibles que tendría para las relaciones argelino-tunecinas el que la oposición a Burguiba empleara la violencia a través de territorio argelino, lo que podría ser interpretado como una injerencia en los asuntos internos del vecino país.

Las últimas indicaciones recogidas en Túnez revelan que el grupo de tunecinos que atacó Gafsa obedece al citado «frente» de tendencia pro libia, y la forma en que la operación fue montada tiende a comprometer directamente al régimen argelino. Las relaciones argelino-libias podrían verse enfriadas, si se confirman estos hechos.

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