_
_
_
_

RTVE gasta sin límite y acumula facturas sin fecha para posteriores justificaciones

Radiotelevisión gastó con cargo a la cuenta de transportes una cantidad superior a los 230 millones de pesetas en 1978. De esta cifra, un 70% se abonó al Parque Móvil de Ministerios, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda. En esta cuenta no se incluyen todos los gastos de alquiler de transporte que realizan los programas y productores y que alcanzan, cuentas de gran importancia y de muy difícil cuantificación. Esta situación, según los interventores de Hacienda, refleja la dificultad o casi imposibilidad de realizar una auditoría de las cuentas de gastos por falta de datos.

Más información
La contabilidad de la publicidad aparece ordenada
Televisión Española dificulta la comercialización de sus propios productos
Las cuentas de la orquesta, en un talonario de cheques

El informe señala hechos irregulares del tipo de los siguientes: «Se pusieron en circulación en 1978 expedientes de gasto para dar situación legal a compras y pagos efectuados en años anteriores. La inspección detectó en este caso la existencia de los expedientes 62, 82, 83, 84, 85, 136 y 137.» Indica también «la existencia de servicios que reconocen sin reservas que realizan gastos sin límite alguno y piden a los proveedores facturas sin fecha para ponerlas en circulación cuando se pueda».El informe continúa con una acusación política de cierta magnitud, que no concreta, pero que se redacta en los siguientes términos: «Todo lo anterior se agrava por lo que podríamos llamar gastos extraños a la gestión. Nos referimos a los gastos que se deciden por razones ajenas a la gestión del servicio público de Radiotelevisión, bien para promocionar a un personaje por razones de clientela política o administrativa, bien para inaugurar un centro o unas instalaciones en un momento oportuno políticamente, pero inoportuno desde el punto de vista de la gestión, bien para colocar en un puesto digno a alguien cuyos servicios no son ya necesarios. Este tipo de decisiones se toman, o bien fuera de los esquemas de gestión del organismo, o bien por altos funcionarios del mismo ligados a la actividad política. Lo menos que se puede decir de ello es que vicia todo el funcionamiento y distorsiona la escasa planificación que existe en RTVE.»

Favores políticos

Sobre este tema de los costosos favores políticos, el informe de los funcionarios de la intervención de Hacienda concluye en los siguientes términos: «Los costes de este tipo de decisiones son elevados. Se realizan, naturalmente. con urgencia. Requieren estructuras paralelas que se van creando en RTVE al servicio de intereses extraños a la gestión del servicio público, y, finalmente, crean entre el personal un sentimiento de resistencia a los directivos que participan en estos manejos, y entre los directivos, una sensación de culpabilidad que les resta autoridad ante sus subordinados.»

A la hora e entrar en el análisis de los gastos y después de formular las consideraciones anteriores, que en buena medida descalifican esta función en RTVE, los interventores señalan lo siguiente: «El presupuesto de 1978 ha sido el primero en la historia de RTVE y parece normal que se produzcan desajustes entre presupuesto y realidad Sin embargo, es norma corriente en este organismo utilizar el concepto presupuestario hasta que se acaba y, a continuación, seguir gastando sin mayores preocupaciones. Las soluciones a los desajustes se dan siempre a posteriori. Además, es de destacar que la función de producir programas prevalece sobre todas las demás Este hecho se refleja en el presupuesto de 1978, que utiliza la rúbrica gastos de producción y adquisición de programas, como saco donde pueden meterse gastos de las más variadas naturalezas.»

Acerca de los sistemas de contratación y de gasto en RTVE, el informe de Hacienda destaca la prevención de la casa hacia los expedientes de contratación y la preferencia que se da a los contratos directos con los proveedores. Así, por ejemplo, la contrata de limpieza, según el informe, que debería haberse hecho por concurso abierto, lo fue, sin embargo, por contratación directa.

Este sistema de contratación crea problemas por la falta de delimitación de competencias y de coordinación entre los distintos órganos de la casa. El informe dice: «Es normal en RTVE encontrarse con puestos de trabajo que por su nombre y retribución parecen suponer una fuerte carga de competencias. Sin embargo, al investigar éstas, resulta que prácticamente no existen. Por ejemplo, hay un denominado servicio de régimen interior, que aparentemente tiene competencias amplísimas en la gestión de casi todos los gastos corrientes. Este servicio asegura que no elige los proveedores, sino que éstos les vienen impuestos.» En este punto, el informe de Hacienda formula las siguientes preguntas a las que no responde: «¿por quién?, ¿de quién es la responsabilidad de una mala elección de proveedor?, ¿quién paga el despilfarro que produce esta dejación de competencias? Hay otro órgano dependiente de la dirección de administración y finanzas, denominado servicio de contratación y patrimonio. Pese a su alta situación orgánica, le sobra la palabra patrimonio y la mitad de contratación».

El informe sigue más adelante destacando la dejación de facultades de los poco competentes órganos de compra en favor de los órganos de producción. Este mundo de la producción, del que hablaremos mañana, es, según el informe, el que está peor controlado de toda la casa, y por tanto es en el que se produce mayor despilfarro.

158 millones al año para alquiler de inmuebles

Destaca el documento la cuantía del gasto destinado a alquiler de inmuebles, que les parece excesivo a los interventores. Este capítulo asciende a más de 158 millones de pesetas, sin incluir en él los alquileres de Estudios Roma y otros pagados por cauces no regulares. La política seguida en RTVE en cuanto a la opción de alquileres o compras de inmuebles, les parece a los autores del informe que no está basada en estudios económicos serios, sino «más bien se trata de una política de tapar huecos, sin planificación previa». «Este juicio», aseguran, «está basado en consultas a diversos responsables de producción, medios técnicos y administración, que, de forma unánime, han manifestado desconocer la existencia de estos estudios económicos.»

A la hora de estudiar el capítulo de alquileres, los interventores se ajustaron en principio al estricto sentido del concepto; pero, posteriormente, descubrieron casos de «alquileres de inmuebles, como el de los Estudios Roma, que no se pagan con cargo al mismo». La razón de esta exclusión la ignoran los interventores, según reza en el informe, pues en un caso similar, como es el alquiler de otros estudios cinematográficos en Esplugas de Llobregat, sí se aplica este concepto. Existen otros gastos de naturaleza parecida, como es el alquiler de salas para montaje y otros procesos de filmación que no se aplican a este concepto; en estos casos,. el precio incluye a veces otras prestaciones, pero entienden los

RTVE gasta sin límite y acumula facturas

interventores que, como prevalece ,el importe del alquiler del inmueble, debería aplicarse a éste o, en todo caso, desglosar la parte correspondiente a este concepto.En materia de conservación y reparación de inmuebles, el informe destaca la falta de información desagregada suficiente para realizar un análisis. Lo mismo dice sobre los gastos de electricidad, gas y agua, cuyo control es muy deficiente.

Los coches de los directivos

Al tratar el capítulo de los gastos de transporte y el uso de coches en RTVE, el informe alude, una vez más, a la ineficiencia del control en este campo y añade que está claro que los beneficiarios de ese descontrol son los directivos que deberían establecerlo.

Como pruebas de descontrol señala las siguientes: «Existen directivos con coche asignado permanentemente fuera de toda norma legal. No hay normas sobre el uso del servicio de transportes ,o al menos, si las hay, los responsables del servicio dicen ignorarlas. Ello permite todo tipo de arbitrariedades y de despilfarro. Algunos Servicios, como relaciones públicas, relaciones exteriores, comercialización y ventas utilizan el servicio de transportes con gran libertad.» A la hora de señalar casos curiosos, al margen de los que se producen por la cuenta de producción en cada uno de los programas, el informe alude a la existencia de una cuenta especial propuesta por el Instituto Oficial de RTVE para gastos de taxis. No indica la cantidad a que asciende esta demanda.

Sobre los gastos de comunicaciones (teléfonos, transmisiones, télex y similares), el informe indica que su coste en 1978 fue superior a los 325 millones de pesetas y destaca la abundancia de teléfonos sin control en Prado del Rey.

El informe de Hacienda plantea también lo que llama «desigualdad irritante» entre unos y otros centros de RTVE y se refiere concretamente a los de Madrid y Barcelona. Mientras en Prado del Rey, dice «existe mobiliario caro, televisores en color, aparatos de radio y profusión de prensa... en Barcelona hay sillas desvencijadas, menos sillas que personas y máquinas de escribir alquiladas por carecer de fondos presupuestarios para comprarlas ».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_