Nerviosismo "telefónico" en la sede de la OTAN
El nerviosismo que afecta a los medios políticos y militares aliados, como consecuencia de la crisis de Afganistán, ha provocado un hecho insólito y casi grotesco: un funcionario de la Telefónica -belga (organismo estatal) ha recibido un comunicado oficial por el que se le prohíbe acceder a cualquier información relativa a las comunicaciones telefónicas de la OTAN, al parecer por inspirar desconfianza su actividad como presidente de la Asociación de Amistad Belga-Soviética.El funcionario Jean Deholne es asimismo presidente de la federación luxemburguesa del Partido Socialista y miembro del Buró Nacional del mismo; pero, según el senador Henri Cugnon que ha tenido acceso al dossier de Dehogne, este hecho no ha influido en nada, sino la mencionada presidencia de la Asociación de Amistad.
El asunto, pese a su aparente ridiculez, puesto que es de suponer que las comunicaciones telefónicas de los altos cargos de la OTAN utilizan códigos y líneas especiales sobre los que no debe tener información la propia Telefónica, ha transcurrido, sin embargo, a los niveles más altos. El Departamento de Seguridad del Estado trasladó su «desconfianza» al ministro del ramo, quien tomó personalmente cartas en el asunto y ordenó la separación del funcionario de su puesto actual.
El Ministerio, ante la acogida que la noticia ha tenido en la prensa belga, ha «deplorado» la forma en que se enfocaba: «No se trata de una sanción profesional, sino simplemente de una modificación del circuito de transmisión de ciertos dossiers. La decisión ministerial no afecta en absoluto a la carrera profesional del señor Dehogne.»
Al parecer, la petición inicial de que se retiraran esos dossiers de las manos del funcionario partió del oficial de seguridad de la Telefónica. El ministro de Comunicaciones reclamará ahora a sus colegas de Asuntos Exteriores y de Defensa que le informen exactamente sobre los motivos de su petición, a fin de mantener su decisión o revocarla.
