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El presidente Tito reanuda parcialmente sus actividades políticas

Francisco G. Basterra

El presidente de Yugoslavia, Josip Broz (Tito), ha iniciado ejercicios de rehabilitación en la clínica de Liubliana, vuelve a seguir las noticias mundiales y del país y ya ha despachado con el hombre que le sustituye con carácter interino, el vicepresidente Lazare Kolisevski. Este es el cuadro entusiasta, más que optimista, a los cuatro días de la amputación de la pierna izquierda del lider yugoslavo.

El ambiente ha pasado a ser triunfalista y se detecta el culto a la personalidad que, aunque rechazado oficialmente, se rinde al presidente vitalicio de este país. Comprensible quizá por su papel histórico de «padre» de la actual Yugoslavia, inventada políticamente por él después de ganar la guerra de liberación nacional, resulta a veces excesivo para el observador extranjero.En vivo contraste con la cautela y mutismo observados en los días críticos de su enfermedad, los medios oficiales lanzaron ayer las campanas al vuelo. La agencia oficial Tanjug afirmó que los yugoslavos han recibido con «una verdadera explosión de entusiasmo» la noticia de que Tito está mejor. La televisión se vio inundada de llamadas telefónicas de ciudadanos que pedían que en los telediarios se volviera a dar la fotografía de Tito, sonriente, fuera de la cama. Es difícil de comprobar esta sensación de entusiasmo nacional, quizá producto del oficialismo desbordado, pero sí se puede afirmar que ningún líder mundial del momento actual goza en su país del apoyo que tiene Tito. Esta sensación de dependencia de veintiún millones de ciudadanos de una sola persona, a la que oficialmente se identifica con el sistema «Tito es Yugoslavia y Yugoslavia es Tito», hace pensar en el tremendo vacío que provocará, en su día, su desaparición. Las constantes afirmaciones de que la situación de Yugoslavia es buena y estable y que existe unanimidad en la población sobre los principios de la autogestión fueron completados ayer, por primera vez desde la enfermedad de Tito, con ataques a los «enemigos del país que, con informaciones falsas, tratan de provocar la duda sobre la estabilidad de Yugoslavia». Este comentario fue hecho por Dobrosovav Culafic, miembro de la presidencia de la Liga de los Comunistas, quien añadió que estas falsedades también han surgido en «ciertos círculos» del interior.

En su comentario, Culafic también denunció «conductas sectarias» en el interior de la Liga de los Comunistas, que aprovechándose de la situación internacional y de las dificultades económicas internas, desean que se refuerce el dirigismo y el centralismo del partido.

La agencia de noticias France Presse fue atacada directamente por un duro comentario de Tanjug, que calificó de falsedades las noticias difundidas por AFP la semana pasada sobre la detención de nueve terroristas croatas, que planeaban atentados con explosivos.

Tanjug también puntualizó ayer al diario soviético Pravda, quien atacó a la prensa occidental por las noticias y comentarios que ha publicado sobre este país, destinadas -dijo- a ensombrecer las relaciones soviético-yugoslavas y a crear dudas sobre la política de la URSS en los Balcanes. La agencia oficial yugoslava recordó a Moscú que este país no necesita de patrocinio de ninguna potencia en su vía política independiente.

Por último, ayer se dio a conocer el nombre del cirujano cardiovascular que amputó la pierna al mariscal Tito. Se trata del profesor Miro Kosak.

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