Exhibición de fuerza aeronaval norteamericana en el océano Indico y el golfo Pérsico
La URSS, que aparentemente ha estabilizado sus efectivos militares en Afganistán en torno a unos 80.000 hombres, sigue manteniendo un puente aéreo con Kabul, para relevar a las tropas que participan en combates. En total, en cuatro semanas de enfrentamientos armados, el Ejército soviético habría sufrido, entre muertos y heridos, unas 2.000 bajas, señalan fuentes de los servicios secretos norteamericanos. Mientras en Kabul, y a pesar de las promesas del Gobierno de Babrak Karmal, las trabas en el desarrollo de las tareas informativas son cada vez más numerosas para los periodistas occidentales, la tensión sigue incrementándose en la zona del golfo Pérsico y del océano Indico. Ayer, los bombarderos gigantes norteamericanos B-52 iniciaron vuelos de reconocimiento sobre la flota soviética. Especialistas militares citados por la agencia Efe en Washington opinan que las "fortalezas volantes» operan a partir de las bases de EEUU en España y Alemania.
Las pérdidas soviéticas en hombres casi se han duplicado en diez días, durante los combates con los rebeldes afganos, se estimaba ayer en Washington.Las fuerzas soviéticas han perdido en total, según parece, unos 2.000 hombres (muertos o fuera de combate) y otros cincuenta han sido hechos prisioneros desde el comienzo de su intervención en Afganistán, dice la misma fuente.
Además de los militares, la Unión Soviética ha comenzado a enviar consejeros civiles soviéticos a Afganistán para asistir al débil Gobierno de Babrak Karmal.
Un portavoz del Pentágono dijo ayer que los B-52 llevarán a cabo «ejercicios militares conjuntos con varios de los portaaviones destacados ya en la región», y que «el objetivo de las maniobras es demostrar la capacidad de Estados Unidos para utilizar la fuerza en cualquier punto del planeta».
Un total de veinticinco buques de guerra con bandera norteamericana se encuentran en la actualidad en aguas del golfo Pérsico, escenario próximo a las dos grandes crisis internacionales del momento: Irán y Afganistán.
Aviones de reconocimiento soviéticos investigan conjuntamente con embarcaciones soviéticas el desplazamiento de las unidades navales norteamericanas destinadas al mar Arábigo y océano Indico.
Portavoces del Pentágono señalaron ayer que estos efectivos estudian los movimientos de los buques estadounidenses que patrullan desde Aden a Yemen del Sur.
La Unión Soviética tiene veinticuatro barcos destacados en el mar de Arabia.
Según el portavoz del Pentágono, los B-52 están partiendo para sus vuelos de reconocimiento desde bases de Estados Unidos
Los especialistas militares destacaron ayer por la mañana la posibilidad de que los bombarderos operen desde bases norteamericanas en España o Alemania Occidental, informa la agencia Efe.
El Partido Comunista francés se alineó oficialmente ayer al internacionalismo definido por Moscú. Según su secretario. Georoes Marchais, es «legítima» la intervención soviética en Afganistán. Esta decisión pone fin a las «veleídades» autonomistas del PCF respecto a la URSS y no dejará de influir en la política interior gala.
Las autoridades afganas limitaron las actividades de los periodistas de países no comunistas en Afganistán, lo que podría ser el preludio para su próxima expulsión.
Un diplomático norteamericano que llegó ayer a Nueva Delhi procedente de Kabul indicó que un periodista norteamericano, Enathan Kwitny, corresponsal del Wall Street Journal, ha desaparecido en Afganistán.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, hizo ayer escala en Islamabad de vuelta de la India. En la capital paquistaní, Waldheim, que ha acelerado su regreso a Nueva York, coincidió con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Huang Hua, que efectúa una visita oficial a Pakistán.
El secretario general de la ONU, declaró, en una entrevista concedida al vespertino parisiense Le Monde, que la situación internacional es «extremadamente grave». «Las tensiones en Irán, Afganistán e Indochina», comentó, «añadidas al problema árabe-Israelí. nos colocan frente a la coyuntura más inquietante desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962.»
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