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La asamblea de trabajadores de SEAT decide la vuelta a la normalidad

Unos 20.000 trabajadores de la factoría de SEAT de la Zona Franca (que cuenta con una plantilla de 26.000) decidieron ayer, a mano alzada y por una mayoría aproximada de un 75%, reintegrarse hoy al trabajo. Tanto la asamblea como CC OO expresaron el deseo de que la Generalidad mediara en el conflicto, con el fin de evitar el laudo. UGT, uno de cuyos antiguos dirigentes ocupa la Consejería de Trabajo de la Generalidad, mantenía su reserva respecto a esta posible mediación.

El secretario general de la Consejería, el socialista Jesús Salvador, afirmó que: «Jurídicamente, Generalidad es incompetente en el laudo de SEAT, por cuanto que esta empresa tiene centros de trabajo fuera de Cataluña. Por ello, la competencia en el laudo es del Ministerio de Trabajo. No obstante, si las partes desean nuestra mediación, la llevaremos a cabo.» La fuente agregó que a últimas horas de anoche los negociadores sociales del convenio estaban reunidos con el director general de relaciones laborales de la Generalidad, ignorándose el contenido concreto de la reunión y la hora en que finalizaría.La asamblea general de trabajadores tuvo efecto, como en días anteriores, en el polideportivo de la empresa, a las once de la mañana de ayer. También al igual que en días anteriores, se sometieron a la asamblea dos alternativas. Si bien no eran explícitamente identificadas, una -partidaria de la continuación indefinida de la huelga- procedía de CSUT, y la otra de CC OO. Por vez primera se informó que esta segunda postura era la del comité de huelga y la primera, en cambio, era tan sólo presentada como «la de unos miembros del comité de huelga ».

Asimismo, volvió a moderarse la postura de CC OO, lo cual ha sido una constante desde el primer día en que en el seno del comité de huelga se dieron dos posturas. Así, en aquel primer día se propusieron dos horas diarias de huelga, a partir de la reincorporación, y, de forma indefinida, huelga total todos los sábados laborables y otras medidas de este tipo. Al día siguiente de la primera propuesta de reincorporación de CC OO, las dos horas quedaron reducidas a una. Ayer desapareció también esa propuesta de hora diaria de huelga y lo mismo sucedió con el propósito inicial de no trabajar los sábados laborables (unos doce al año, el primero de los cuales es, precisamente, el próximo). En su lugar, apareció la alternativa presentada por CC OO de una huelga de 48 horas, los próximos días 30 y 31, que fue aprobada. También se concretó el deseo de efectuar diariamente asambleas dentro de la fábrica, con el fin genérico de informar y presionar sobre el convenio, al que ahora se añade la intención de evitar el laudo arbitral al que obliga la ruptura formal de negociaciones.

Sectores de extrema izquierda increparon ayer, de forma inmediata, la resolución de la asamblea, en forma parecida en la que en días anteriores -pero entonces por parte de sectores mucho más amplios- se había gritado en contra de UGT. Algunos de los gritos de entonces sufrieron modificaciones léxicas y semánticas muy explícitas. Así, se gritó, por parte de dichos sectores, muy estratégicamente colocados: «Comisiones y UGT, sindicatos de UCD» (en días anteriores la rima había sido idéntica, pero sin la palabra «Comisiones»). También abundaron los gritos de «esquiroles» pese a que la votación asamblearia había dado una mayoría de un 75% en favor de la vuelta al trabajo. En la mañana de ayer, antes de la asamblea, bastantes cientos de trabajadores había entrado en la factoría, fuertemente custodiada por la Policía a pie y a caballo. El número de esas personas fue superior al de días anteriores y puede ser cifrado en unas 3.000.

Como ha sido habitual en todo el conflicto, la valoración que efectuaban las dos grandes centrales de la empresa -CC OO y UGT- era muy diferente. Luis García, miembro del secretariado general de Cataluña de la UGT, manifestó a este diario que: «Los últimos acontecimientos vuelven a darnos la razón. » A lo que agregó: « En SEAT, CC OO jugaba con criterios estrictamente políticos, pensando que la conflictividad laboral favorecería al PSUC en las elecciones autonómicas catalanas.» Por su parte, fuentes de CC OO manifestaron su intención de «recomponer» sus relaciones con UGT y de intentar evitar «incidentes» entre afiliados a una y otra central cuando hoy se produzca la reincorporación al trabajo.

Será únicamente el incremento o el descenso de la afiliación a una y otra central lo que permitirá ver cuál es el balance, a nivel interno de la fábrica, del conflicto aún inacabado.

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